Denuncian la "apatía institucional" para atender y proteger a las víctimas de Trata en Andalucía

«Prevención, Persecución, Protección y Asistencia: Estrategias de intervención con Víctimas y Supervivientes de Trata en Andalucía y Ceuta», un trabajo de investigación que ha durado dos años, encabezado por Rosa Belen Agirregomezkorta (Centro de Estudios e Investigación sobre mujeres), financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo y coordinado por Carla Cingolani (ONG Mujeres en Zona de Conflicto), denuncia la “apatía institucional” respecto a la atención y protección de víctimas de trata de seres humanos en Andalucía y Ceuta.

Cabe resaltar que las actuaciones analizadas son limitadas, ya que solo se resume a los casos en los que las víctimas y supervivientes deciden denunciar el haber vivido una situación de trata, siendo este “un número ínfimo de los casos”.

El estudio concluye que la trata de seres humanos en Andalucía y en Ceuta está dirigida casi en su totalidad a la explotación sexual, claramente vinculada a la prostitución, siendo también ésta la línea que se sigue en el resto del estado español. El estudio ha explorado las percepciones sociales y el trabajo con mujeres para servir de base para la intervención en este ámbito. Sin embargo, el informe aclara que “se ignora el alcance de las violencias interseccionales y de género en el marco de la trata, especialmente cuando se cruzan la explotación sexual y la laboral”.

Dice también que “las actuaciones dirigidas a la prevención, especialmente en lo relativo a la demanda de prostitución y los países de origen a través de la cooperación internacional, junto a las intervenciones dirigidas a la restitución de derechos, resultan claramente insuficientes”. Así, “esta debilidad quebranta la aplicación de cualquier enfoque de derechos y reduce los abordajes a un enfoque asistencial sin lograr abordar las causas de la trata, ni cuestionar sus elementos mantenedores ni restituir la dignidad de las personas que han sufrido trata, incidiendo en los factores de vulnerabilidad a través de procesos de empoderamiento personal a nivel de recuperación psicológica y de las redes de apoyo, integridad de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y la autonomía económica”, entre otros aspectos.

Según el informe, en la gran mayoría de los casos las víctimas y supervivientes son extranjeras, de las que muchas se hallan en situación irregular. Destacan, en especial, las mujeres de Rumanía y Nigeria.

Aunque en 2014 se puso en marcha la elaboración de una “estrategia Andaluza para la Erradicación de la Trata de Seres Humanos con fines de Explotación Sexual”, a día de hoy no existe aun un marco específico que luche contra la trata. El informe concluye, además, que “no hay ningún apoyo a la plena reintegración social, psicológica, educativa y laboral de las víctimas que han sufrido trata (ex-tratadas) de forma que, tras el proceso de salida, quedan en situación de vulnerabilidad a posibles ‘re-enganches’ en manos de tratantes”.

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