Muere Mayar Mohamed mientras se le practicaba la Mutilación Genital Femenina en Egipto.

Mayar Mohamed ha muerto a causa de una hemorragia severa producida mientras le practicaban la mutilación genital femenina. Tenía 17 años. Su hermana gemela, quien también fue sometida a la mutilación, ha sobrevivido.

Ha ocurrido en Egipto, en un hospital privado de Suez, a unos 120 km de El Cairo. Aunque en Egipto esta aberrante práctica esté prohibida desde 2008, lo cierto es que lidera la clasificación mundial de víctimas de ablación, por delante de Etiopía, Nigeria o Indonesia. Una de cada cinco víctimas procede de este país.

Aunque su madre, enfermera, solicitó a las autoridades permiso para enterrar a su hija alegando que había muerto a causa de una extirpación de adenoides, durante el examen del cuerpo se descubrió que había sido víctima de mutilación genital. El cuerpo se encuentra en el hospital público de Suez a la espera de la autopsia. Según cuenta el diario estatal Al Ahram, la clínica donde se le practicó la mutilación ha sido clausurada, y el médico responsable de la operación, junto con la dirección del hospital, están siendo investigados por homicidio.

El médico que realizó la operación es Raslan Fadl, el primer y único doctor condenado en Egipto por practicar la ablación. Perdió la licencia médica el pasado febrero, sin que a la fecha haya accedido a cumplir la condena a dos años y tres meses que le dictó un tribunal.

Las críticas no se han hecho esperar. “Mayar murió por la ignorancia y el atraso de su madre, que consideraba a su hija culpable simplemente por haber nacido mujer”, publicó en Facebook Rawan al Jamal, amiga de la víctima . El Consejo Nacional de la Mujer emitió comunicado condenando el suceso y pidiendo justicia. Naciones Unidas también se ha sumado al pésame, declarando que «Egipto está siendo testigo de resultados positivos en su larga lucha para combatir la mutilación genital femenina. La encuesta de demografía y salud de 2014 muestra una caída en la prevalecencia entre los 15 y 17 años de edad del 13 por ciento comparada con la de 2008. Aún queda un largo camino por recorrer para eliminar esta práctica perjudicial que viola los derechos de las mujeres y niñas, puede tener repercusiones físicas y psicológicas duraderas y causar heridas y la muerte». La ONU insta a revisar la legislación y juzgar a los responsables de la muerte de Mayar.

Este fallecimiento ha llegado 3 años después de que se declarara la muerte por esta práctica de Soheir, una niña de 13 años que perdió la vida de forma parecida a la de Mayar en 2013.

Denuncia Suad Abu Dayyeh, investigadora de la organización Equiality Now que «resulta increíble que la policía egipcia no esté aplicando una línea dura para terminar con la mutilación en un país donde alrededor de 27 millones de personas son víctimas».

Suad agregó que «el doctor está aparentemente en libertad a pesar de que localizarlo y arrestarlo no es difícil. Debería ser inmediatamente detenido por el crimen que cometió y por el que fue sentenciado. La muerte de esta joven de 17 años debe ser otra llamada de atención para Egipto. No podemos concedernos el lujo de seguir permitiendo que las niñas sean heridas y asesinadas por esta forma extrema de violencia».

Los datos estatales dicen que el 92,3 por ciento de las egipcias casadas con edades de entre 15 y 49 años ha sufrido la práctica. Sin embargo, se ha detectado un descenso evidente: la tasa de egipcias que ha sufrido mutilación genital femenina de entre 15 y 17 años se sitúa hoy en un 61%, 13 puntos menos que en 2008.

Germaine Haddad, responsable del programa de género del Fondo de Población de las Naciones Unidas relató a El Mundo que la edad media para la mutilación es de 10 años. Una ez que una niña cumple los 14 años, está salvada.

La concienciación ha empezado a hacer mella en las generaciones más jóvenes. Una campaña publicitaría ha ido en contra del tabú que esto supone en televisión, mientras que un grupo de teatro callejero también le ha plantado cara en clave de humor.

El 74% de las mutilaciones las llevan a cabo doctores en la clandestinidad, mientras que otro 7,9% los realizan enfermeros y otros empleados del sector médico. Sin embargo, según cuenta Haddad, es necesario mejorar la sensibilización de fiscales, jueces y forenses.

 

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