#19J: Ucrania, la impunidad de quienes ejercen violencia sexual

“¿Qué sentido tiene contar lo que me pasó? Nadie podrá ayudarme y nadie podrá encontrar a quienes me agredieron. Nadie los va a castigar” víctima, extraído del informe “La violencia sexual relacionada con el conflicto armado en Ucrania”; Naciones Unidas.

En los 23 años transcurridos desde la independencia de Ucrania en 1991, el peor fue 2014. La anexión de la península de Crimea por Rusia en marzo, los levantamientos secesionistas que degeneraron en guerra en las regiones industriales de Donetsk y Donbás. Miles de muertos, decenas de miles de heridos y centenares de miles de desplazados, además de una profunda crisis económica y financiera son parte del balance de un periodo, que ha marcado también un punto de inflexión en Europa, al cuestionar el equilibrio internacional existente en el continente desde el fin de la Guerra Fría. Difícil era prever en enero las consecuencias que tendría el Euromaidán, aquella protesta a favor del acuerdo de Asociación con la Unión Europea y en contra de la corrupción del régimen.           

Según el Informe de Naciones Unidas publicado a comienzos de 2017 “La violencia sexual relacionada con el conflicto armado desde el 14 de marzo de 2014 al 31 de enero de 2017”, la mayoría de los casos documentados de violencia sexual ocurrieron cuando mujeres y hombres fueron detenidos por Fuerzas Gubernamentales Ucranianas o por grupos armados prorusos.  

El informe cubre todo el territorio ucraniano, incluida la península de Crimea, anexionada a Rusia en el año 2014 tras aprobación por referendum.

Las personas que han sobrevivido a agresiones sexuales en situaciones de conflicto tienen dificultades para acceder a la justicia, y no reciben la orientación y atención adecuada. La violencia sexual cometida contra la población en este conflicto se ha realizado con la intención de castigar, humillar o extraer confesiones de quienes son detenidas, recurriendo a golpes y choques eléctricos en genitales, violaciones y amenazas de abuso sexual a familiares e hijos/as, así como la obligación de desnudarse a personas detenidas.

Ucrania carece de leyes, capacidad y experiencia para investigar y procesar las denuncias de de violencia sexual, dando como resultado la impunidad de quienes cometen las agresiones.

Las amenazas de violencia sexual también se utilizan para forzar a las personas detenidas a la entrega de propiedades o como chantaje para su puesta en libertad, principalmente en los territorios controlados por grupos armados secesionitas.  

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