Por Estela Soage Casalderrey – Equipo de trabajo del Observatorio de Violencia
Esta etiqueta lanzada el pasado domingo por la actriz estadounidense Alyssa Milano, ha provocado un aluvión de mensajes que intenta romper con el abuso y el acoso sexual. Tan solo 24 horas después, el mensaje contaba con casi 50.000 interacciones por parte de las personas usuarias de redes sociales. La etiqueta #MeToo ha sido tuiteada casi 500.000 veces y mencionada en Facebook cerca de los ocho millones de veces.
El hashtag ha provocado una discusión social entre periodistas, personas del mundo del entretenimiento y de la política acerca de la cultura machista, que continúa condicionando las relaciones entre géneros. Ésta nueva movilización por parte de la población ha reabierto el debate sobre la desigualdad y el acoso en el mundo entero.
Los mensajes desconocen fronteras geográficas, culturales o profesionales, ya que ha llegado a mujeres de todo el mundo y con un rango profesional muy variado. También se han unido a la campaña hombres que se manifestaban así: “lo que los hombres deberían aprender de la campaña #MeToo no es que las mujeres en su vida necesitan más protección, sino que los hombres necesitan una reeducación”.
Esta campaña ha servido para que, personas de todo el mundo, hayan acudido a sus perfiles online y relatado sus experiencias, basadas en situaciones de acoso y dando visibilidad a este problema social existente en la actualidad.
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