El próximo 7 de julio se cumplen 4 años de la violación múltiple de “La Manada” cometida en Pamplona durante las fiestas de San Fermín. La sentencia inicial, llevada a cabo por la Audiencia de Navarra, condenó a los cinco integrantes de “La Manada” por un delito de abuso sexual en lugar de por delitos de agresión sexual, lo cual provocó una ola de protestas en todo el país que fueron acompañadas de eslóganes simbólicos.
El lema “No es no, lo demás es violación” fue uno de los más utilizados como protesta tras la sentencia y hace referencia a la falta de consentimiento expreso a la hora de tener relaciones sexuales.
Muchas mujeres han sido educadas creyendo que la protección contra las violaciones sexuales dependía sobre todo de su comportamiento o de su manera de vestir, ideas que han contribuido a culpabilizar a las mujeres que han sido agredidas sexualmente, no solo desde la sociedad en general, sino también desde las instituciones. En este sentido, el lema “Sola, borracha, quiero llegar a casa”, reivindica el poder volver a casa sin miedo y lleva implícita la denuncia de la culpabilización de la mujer cuando esta vuelve sola a casa o cuando se encuentra en estado de embriaguez.
Los gritos “Hermana, yo sí te creo” o “Hermana, aquí está tu manada”, se convirtieron en eslóganes emblemáticos en la lucha contra la violencia sexual que, a la vez, trataban de afianzar el apoyo y la sororidad entre las mujeres.
Destapar los casos de violencia que se mantienen ocultos es sumamente importante para luchar contra la violencia sexual. En este sentido, el lema “MeToo”, creado a raíz del acoso sexual al que se vieron sometidas muchas mujeres en el mundo del cine de Hollywood, animó a que muchas otras mujeres contaran sus historias en las redes sociales y a denunciar estos abusos.
La consigna “Ni una menos” surgió en Argentina en 2015 tras el brutal asesinado de una adolescente embarazada, mientras que el “Vivas nos queremos” ha sido uno de los eslóganes más extendidos cuyo propósito es denunciar la violencia de género y los feminicidios.
Por otro lado, el grito “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. El violador eres tú”, que forma parte de la performance “Un violador en tu camino”, ha dado la vuelta por todo el mundo y denuncia la violencia de género institucional y los sesgos patriarcales presentes en los jueces a la vez que culpa a todos ellos de ser cómplices de esta violencia por su inacción ante esta forma de violencia.
Estas protestas y reivindicaciones feministas son clave para la aparición de cambios a nivel legislativo. En este sentido cabe destacar la aparición de un nuevo proyecto en nuestro país, la Ley de libertad sexual, que incluye una reforma del código penal que asegure que ‘solo sí es sí’, de modo que los delitos sexuales se regulen de acuerdo a la existencia o no de consentimiento en lugar de si existe intimidación o violencia. Asimismo, la difusión de estos mensajes, promueven la transformación social y ayudan a deconstruir los mecanismos de normalización del patriarcado y las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres que este promueve.
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