Lucha bidireccional

Por María Teresa García del Vello- Equipo de trabajo del Observatorio de Violencia

Hoy, 28 de junio de 2017, es el pregón del día del Orgullo LGTBIQA+, el pistoletazo de salida de los actos festivos que tomarán Madrid hasta el domingo 2 de julio. Es el momento más importante, el eje central, el día en el se escuchan las reivindicaciones del colectivo. Pero hay dos asuntos rodeando al pregón que hacen saltar las críticas por el camino hacía el que se dirige la lucha.

La primera ola de críticas inundaron las redes a raíz de la decisión, de la agencia privada encargada del pregón Aegal, de que los jueces del programa televisivo MasterChef fueran los pregoneros del Orgullo de este año. La incongruencia en esta decisión es bastante evidente: la mejor opción para reivindicar los derechos de las personas del colectivo  LGTBIQA+ son los heterosexuales no sufridores de la discriminación por identidad sexual.

En primer lugar, cuando se habla de la lucha de un colectivo concreto, no le corresponde más que a ese colectivo marcar las pautas, ritmos, reivindicaciones y protestas. Solo esas personas sufren la discriminación específica por condición sexual. Carece de todo tipo de lógica que los sujetos que no han sufrido en sus carnes lo que es pertenecer a una tendencia sexual no heterosexual, puedan tener potestad para ser la voz de aquellos que si lo han padecido.

En segundo lugar, no nos podemos olvidar de que vivimos en un sistema capitalizado, por lo que una gran fiesta aporta muchos beneficios para las empresas privadas, organizaciones, ayuntamientos… que forman parte de la estructura organizativa del evento. Así pues, cuatro heterosexuales tan reconocidos parecen una opción segura para atraer a más consumidores durante el World Pride. Ante este giro como fiesta consumista del Orgullo, el colectivo Orgullo Crítico ha organizado una manifestación para el mismo día del pregón, el 28 de junio,  a las 19:00 en la plaza de Nelson Mandela, bajo el eslogan “Residencia es Resistencia” para denunciar la «amenaza directa a la visión estereotipada de nuestras identidades disidentes sexuales y/o de género» y la «mercantilización y comercialización » de la lucha por los derechos que supone la asignación del WorldPride a Madrid.

Por las protestas sobre la elección del jurado de MasterChef, incluso se llegó a crear una petición en change.com para que se repensasen la elección del jurado como pregoneros, la empresa encargada del pregón reculó, y tomó la decisión de sustituirlos por caras conocidas del colectivo. El problema surge por la ausencia de mujeres lesbianas y bisexuales representantes en el pregón. Muchos grupos de lesbianas, bisexuales y feministas están quejándose de este hecho, puesto que les parece vergonzoso que, tanto la L y como la B de las siglas del colectivo se queden sin ningún tipo de representación femenina, mientras que por parte del sector masculino no ha habido problemas en encontrar portavoces.

Este tipo de decisiones son un reflejo de un sistema patriarcal. Pertenecer al colectivo LGTBIQA+ no hace inmune, al perteneciente, del machismo y patriarcado que está arraigado en la sociedad. Nos instruimos en un sistema completamente heteropatriarcal, por lo que escapar de sus garras no es fácil, sino que requiere de mucha voluntad y reconstrucción del sistema de pensamiento, tanto individual como colectivo. Este suceso nos muestra que, sea de la índole que sea, ningún movimiento social está libre de machismo por lo que la invisibilización de las mujeres será un efecto corriente, aunque ellas hayan sido paladinas de la lucha en contra de la discriminación por razón de género, de sexo o tendencia sexual. Como señala muy acertadamente el comunicado del Círculo Sectorial Estatal de Feminismos de Podemos: «el heteropatriarcado y el capitalismo salen del armario juntos y orgullosos con el objetivo de mostrar una diversidad que, sin mujeres, tiene poco de diversa».

 

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