Arabia Saudí en el Consejo de Mujeres de la ONU

Por Jazmín López Picazo – Equipo de trabajo del Observatorio de Violencia

El país ultraconservador es uno de los más machistas del mundo, pero eso no ha sido impedimento para que fuese elegido mediante votación secreta el pasado 19 de abril para entrar a formar parte del Consejo de Mujeres de la ONU, organismo dedicado a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

El reino de Arabia Saudí es uno de los más restrictivos con las mujeres que pasan toda su existencia bajo la tutela del varón que toma todas la decisiones en su nombre, lo que le concede el control total de la vida de la mujer. Implica que los hombres otorgan el permiso incluso para viajar, que las mujeres deben cubrirse con un hiyab, que deben salir a acompañadas a la calle, y que incluso tienen prohibido conducir. El director de UN Watch, grupo de derechos humanos con sede en Ginebra (Suiza), señala que «la discriminación contra la mujer es grosera y sistemática en la ley y en la práctica».

El pasado mes de marzo se presentó el primer Consejo para Niñas del país, pero la presentación estaba constituida íntegramente por componentes masculinos, mientras que las mujeres participaban por videoconferencia desde una habitación contigua.

No se entiende como una institución que vela por los derechos de las mujeres incluya como miembro a un país absolutamente misógino cuyas políticas son totalmente opuestas al discurso que representa el Consejo de Mujeres. Parece que para la ONU los intereses económicos y políticos predominan por encima de cualquier derecho humano. Tampoco ayuda que las votaciones para la incorporación de nuevos componentes en los Consejos de Naciones Unidas sean mediante voto secreto, lo que facilita el ingreso de Estados que no respetan los derechos que se suponen se pretenden fomentar y proteger en este tipo de organismos. Votaron los 54 miembros del Consejo Económico y Social, Arabia Saudí recibió 47 apoyos que, según el análisis de Neuer, indica que al menos cinco países de la Unión Europea tuvieron que respaldar su candidatura.

Mientras el discurso público de los gobiernos de Europa es el de la igualdad, a la hora de votar lo que prevalece es el poder económico, aunque eso suponga dejar a las mujeres sin derechos en situación precaria. No está de más recordar que la mayoría de los dirigentes mundiales son hombres.

 

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