Reflexiones sobre el Convenio de Estambul y la violencia sexual en España

El pasado 17 de marzo de 2022 tuvo lugar el «Seminario Internacional sobre el Convenio de Estambul y la Violencia Sexual en España: Avances, retos y recomendaciones», organizado por la Fundación para la Convivencia Aspacia en el marco del Día Internacional de las Mujeres.

En el seminario se reflexionó sobre los avances, los retos y los desafíos que hay en España en materia de violencia sexual; y se apuntaron algunas iniciativas para implementar de manera efectiva el Convenio de Estambul en el país.

Algunos de los objetivos del convenio son: (1) proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia; (2) prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica; y (3) contribuir a erradicar toda forma de discriminación contra las mujeres y promover la igualdad real entre mujeres y hombres.

La inauguración del evento fue de la mano de Irene Montero, Ministra de Igualdad, y Biljana Brankovic, experta del GREVIO (Grupo de Expertas en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica) que formó parte del equipo que elaboró el Primer Informe de Evaluación sobre el Convenio de Estambul en España.

Brankovic señaló que España es uno de los países que se centra más en la violencia doméstica, mientras deja la violencia sexual de lado en sus políticas; siendo que solamente 7 de las 17 comunidades autónomas ofrecen servicios especializados para las víctimas de violación. Además, hace una distinción que España no contempla. La diferencia entre los centros de referencia por violencia sexual, donde acuden las víctimas supervivientes de una agresión reciente, y los centros de crisis de violación, donde acuden aquellas que han podido sufrir la agresión hace tiempo.

No obstante, Brankovic marca la prioridad en “instar a las autoridades españolas a que establezcan eficientes centros de crisis de violación o de centros de referencia de violencia sexual, da igual cual, pero son necesarios unos centros que satisfagan las necesidades a corto, medio o largo plazo de estas personas”.

Finalmente, se abordó la temática de que “el Tribunal no puede interpretar que sin resistencia, no hay violencia”. De hecho, el Informe ya mencionado sugirió la necesidad de formar a los jueces y juezas en materia de violencia sexual para asegurar así que “el delito de la violación tiene su raíz en la falta de consentimiento”. En esta línea, Montero expuso que la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, que está en su fase final, “situará el consentimiento en el centro y la credibilidad de la víctima no dependerá de que demuestre que ha habido violencia o intimidación”. Solo sí es sí.

Virginia Gil, directora de la Fundación ASPACIA, admite que ha habido cambios en materia de violencia sexual, pero “todavía quedan retos y desafíos que resolver” en muchos aspectos de esta ley.

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