Grandes avances se han producido en América Latina en términos de derechos sociales pero cuando hablamos del aborto aún parece quedar un largo camino por recorrer. El Día Internacional por la Despenalización del Aborto tuvo su origen en América Latina y el Caribe en 1990.
Ayer, día 28 de septiembre fueron muchas las mujeres que se desmovilizaron para manifestar su derecho a tomar decisiones sobre su propio cuerpo, decidir libremente su maternidad y la interrupción voluntaria de su embarazo. Combatir la penalización del aborto y normalizar esta práctica es necesario para acabar con el estigma asociado al aborto, cuyo silenciamiento lo demuestra la escasa ausencia de noticias relativas al tema en el día de ayer.
Según datos de la OMS cada año se realizan unos 22 millones de abortos peligrosos en todo el mundo, la gran mayoría en países en desarrollo. Por esta razón, las organizaciones feministas se han movilizado para concienciar sobre el riesgo de la penalización y la clandestinidad del aborto, que causa muchas muertes y sufrimiento.
El hasthag #Stepintoourshoes inundaba ayer las redes sociales. A través de esta campaña se pedía a la comunidad internacional que se ponga en nuestros zapatos, que se ponga en la piel de cada una de las mujeres. En ella se han compartido historias y experiencias de mujeres vinculadas al aborto por diversos motivos y mujeres que defienden este derecho.
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