El pasado domingo 28 de agosto el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) presentó su nuevo informe sobre desarrollo humano en África 2016, titulado “Acelerando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en África”.
Dicho informe revela el carácter inviable en las aspiraciones de desarrollo del continente, cuyo progreso se ve condicionado por la brecha de género que existe y se mantiene a lo largo y ancho de la región.
El estudio centra su atención en aquellos factores económicos, sociales y políticos que dificultan el avance de las mujeres africanas, y establece a su vez medidas estratégicas para reducir la brecha histórica que impide la mejora en las condiciones de vida de estos países. Las conclusiones del documento resultan rotundamente claras: no existirá progreso en términos generales mientras la población femenina se vea despojada de recursos y derechos, y no encuentre la forma de verse debidamente representada en las instituciones que administran los mismos. Tan solo en 2014 el África subsahariana perdió un monto aproximado de 95.000 millones de dólares (el 6% de su PIB) debido a la desigualdad de género.
Los actuales problemas y obstáculos que atraviesa el continente producto de las crisis mundiales, los conflictos internos y las difíciles condiciones climáticas entre otros, golpean con particular fuerza a las mujeres de estos países, a su vez tradicionalmente encargadas de la gestión y redistribución de los recursos en sus comunidades.
La adopción de reformas legales y políticas, la movilización de recursos públicos y la aplicación de enfoques multidisciplinares, conforman los ingredientes principales propuestos por el PNUD para cumplir con los objetivos de desarrollo que tanto precisa el continente.
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