99 son los feminicidios registrados en España en lo que va del 2019, prácticamente la misma cantidad que el año pasado. ¿Cómo es posible, después de dos años de lucha, visibilización y movimiento de los diferentes grupos de mujeres en el territorio español y en el mundo, que la violencia machista no haya disminuido?
Rebeca Alexandra Cadete Santana tenía 26 años cuando fue asesinada a puñaladas por su pareja el 3 de enero. Daría Oliva Luna tenía 22 años cuando su pareja la apuñalo y descuartizó para guardar su cuerpo en el congelador durante 15 meses desde el 8 de febrero. El 19 de junio, Jaume Badiella, de 54 años, confesó el crimen de Mónica Borrós Villaró, quien había sido vista por última vez en agosto de 2018: su cuerpo fue hallado en el jardín. Dana Leonte, de 31 años, estuvo tres meses desaparecida hasta que la policía halló un hueso el 25 de septiembre, junto a restos de sangre y cabello en el bate de beisbol de su pareja.
En el primer semestre, 51 mujeres murieron a manos de hombres. En el segundo semestre, otras 48. Muchas de estas mujeres habían denunciado previamente por agresión a sus parejas, pero ante un Estado que da la espalda y una sociedad ciega, los finales parecieran no ser nunca felices para ellas.
Y la violencia machista se acrecienta: Según los datos recopilados en Geoviolenciasexual.com, en el transcurso de los últimos cuatro años, fueron 155 los casos de agresión sexual múltiple en España, concentrándose el 80% en 2018 y 2019 y donde una de cada tres víctimas era menor de edad. En estas 155 agresiones se registraron 533 agresores, siendo esto reflejo de que más de la mitad de los ataques fueron cometidos por grupos de entre dos o tres varones.
Entre los titulares, se repite reiteradamente la agresión a jóvenes que son engañadas, drogadas o raptadas: “Ocho varones, seis de ellos menores, violan a una joven durante las fiestas de la Magdalena”, “Tres varones violan a una joven en una nave abandonada y al menos otros cuatro jóvenes no hacen nada por impedirlo”, “Tres varones encapuchados agreden sexualmente a una joven tras seguirla por la calle de madrugada”, “Cuatro jóvenes abusan sexualmente de una mujer a la salida de una discoteca”, “Seis detenidos de entre 18 y 36 años por agredir sexualmente a una joven de 18 años que había quedado con uno de ellos por internet”, “Tres hombres raptan y violan a una joven a la que engañaron con falsas promesas de trabajo”.
Y como si esto fuera poco, según los datos de UFAM (Unidades de Atención a la Familia y Mujer), durante los primeros 10 meses de 2019, se produjeron 62.797 delitos relacionados con la de violencia de género, violencia doméstica y violencia sexual. 40.477 de los casos se produjeron por violencia de género, que “tiene lugar exclusivamente cuando la violencia la ejerce el hombre sobre la mujer. Tiene que existir o haber existido una relación sentimental entre ellos y no tiene por qué ser siempre física, también puede ser psicológica o sexual.”
Ya es demasiado difícil ser mujer en este mundo hostil y machista, como para además tener que caminar con miedo, o no poder compartir un trago sin pensar en que existe la posibilidad de que esa noche no vuelvas a tu casa. Miedo a cruzarte con quien no deberías. Miedo a tu propia pareja. Todo el tiempo y en todas partes. Miedo.
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