“En Colombia, desde los años 80, cerca de 19.000 personas han sido registradas por el Estado como víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual en el marco del conflicto y la violencia armada. Sabemos que en realidad son muchas más”
(International Committe of Red Cross Colombia).
En Colombia tiene lugar el conflicto más largo del hemisferio occidental. Incluso habiendo discrepancias sobre el punto que marca el comienzo de la disputa, el período más corto que se le otorga tiene la duración de casi 60 años. Es un conflicto bastante complejo, por la pluralidad de actores que han intervenido y participado del conflicto, puesto que, la base del conflicto es una lucha de clases por la deficiencia socioeconómica provocada por la deriva hacia una sistema más capitalista por parte de un Gobierno corrupto que recibía sobornos del narcotráfico.
Entre los actores que, actualmente, son partícipes del conflicto se encuentran: las guerrillas de izquierdas, cuyos grupos más representativos son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN); las fuerzas paramilitares de la derecha financiadas por los terratenientes para combatir a los grupos guerrilleros de campesinos; las fuerzas estatales (Ejército y Policía Nacional) que combaten también a las guerrillas, e incluso en algunas ocasiones han llegado a actuar de forma conjunta con las fuerzas paramilitares de la derecha; y los cárteles de narcotráfico que han financiado a las fuerzas ilegales para asegurar el comercio de droga.
La violencia sexual hacia la mujer la han ejercido todos los grupos que han formado parte del conflicto, e incluso en ocasiones este tipo de violencia ha sido ocasionada por miembros integrantes del mismo grupo al que pertenece la mujer guerrillera. Según datos reflejados por Amnistía Internacional en su Informe 2016/17, hasta el 1 de diciembre “la Unidad de Víctimas había registrado, desde 1985, más de 17.500 víctimas de delitos contra la integridad sexual relacionados con el conflicto”. A lo largo de este conflicto se ha visto, que incluso siendo mujeres, hay una diferencia según al grupo étnico al que pertenecen. La mujeres con las que más se ensañan son aquellas que han sido clasificadas como indígenas o afro-descendientes.
En el informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado de Colombia destacan los siguientes testimonios de mujeres víctimas de violencia:
“Las consecuencias de la violencia en las mujeres no son daños colaterales de un conflicto armado. Son impactos que necesitan escucharse y exigen un reconocimiento; son memorias fragmentadas que pasan por el cuerpo y vida de las mujeres; son parte de la historia colectiva, de una verdad social que quiere ser compartida”.
“Me siento liviana porque acabo de hablar, de contar esas cosas que me han pasado, me siento realizada y siento como que descansé de poder sacar todo ese dolor que sentía adentro. Saber que alguien lo escucha, sin juzgarlo, porque lo que ha pasado no es solamente la violencia con todos estos grupos, mire que ha habido violencia familiar y todo. Asumir todo eso y aguantar y tenerlo aquí dentro oprimido. No todos los días de la vida uno habla de lo que hablamos hoy. Yo desde que declaré allá, solamente declaré lo que fueron las muertes y todo eso, pero mi vida nunca, a mí nunca me preguntaron por mi vida. Primavera, Arauca, 2007, P.693.”
A la pregunta ¿Qué significa ser mujer víctima y sobreviviente del conflicto armado? refieren algunas personas en el mismo informe:
“Padecer en carne propia el sufrimiento que deja la violencia. El sin sabor, el dolor. Soy víctima porque en primer lugar me desplazaron de mi ciudad, donde vivía, donde tenía todas mis cosas, donde tenía una vida realizada con mi esposo y con mis cinco hijos. Ese fue el inicio de mi sufrimiento, de mi dolor, de mi viacrucis. San Onofre, Bolívar, 1999, P.192.”
Recientemente, en mayo de 2017, coincidiendo con el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual, la Defensoría del Pueblo advirtió: «La violencia sexual puede exacerbarse en la disputa de los actores armados por el reposicionamiento y el dominio territorial de espacios en donde estaban las FARC». Así mismo, señaló en el comunicado que realizó que existen dinámicas de control de economías ilegales (minería, cultivos ilícitos) y de trata de personas con fines de explotación laboral y sexual, siendo mayor el peligro al que se enfrentan las mujeres en las zonas de frontera del país.
Solo en 2017, se han identificado al menos 105 casos de violencia sexual relacionados con el conflicto armado.
Para más información consulta los siguientes enlaces:
- Diario Las Américas: Mujeres y niñas de Colombia corren riesgo de ser víctimas de violencia sexual.
- Pulzo.com: Van 105 víctimas de violencia sexual por el conflicto armado en 2017.
- Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (2007). Monitereo sobre violencia sexual en conflicto armado. En Colombia, El SAlvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú. Mujeres y conflicto armado en Colombia. María Eugenia Ramírez. pp 13-59. Lima, Perú