Con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Fundación Mujeres lanza la campaña de activismo que pretende dar visibilidad a las violencias más sutiles e invisibles que se encuentran #BajoLaSuperficieFM del Iceberg.
Existe un tipo de violencia de la que no se suele hablar en el ámbito de violencia de género, pero que forma parte del modus operandi de los victimarios a la hora de marginar a su víctima, de forma sutil pero gradual y muy efectiva: la violencia económica. Es decir, haciendo que su pareja dependa económicamente de la otra parte logra dos objetivos. El primero es la marginación en el sentido de que prohibirle que siga yendo a trabajar bajo cualquier pretexto, no solo evita que pueda valerse por sí misma económicamente, sino que también elimina la excusa de ir a trabajar para que la víctima no salga del domicilio o del recinto donde la tiene controlada. El segundo objetivo que logra es la incapacidad de la víctima de poder salir adelante o incluso dejarle, ya que ha creado un vínculo de supervivencia al no ser capaz de costearse vivir sin la otra parte.
La violencia de género violenta contra la autonomía económica de las víctimas, la cual es fundamental para permitirles vivir una nueva vida plena y sin violencia. En palabras de Claudia Hasanbegovic en Ataques a la libertad. Violencia de género económico-patrimonial contra las mujeres: «se observa que la violencia de género económico-patrimonial es instrumentada por los agresores (exparejas) de las mujeres para continuar con su control y dominio sobre la mujer una vez finalizada la relación, y que se expresa en maniobras fraudulentas, manipulaciones de las pruebas y de los procesos judiciales, y suele involucrar a terceras personas que participan de estas conductas en perjuicio de las exparejas mujeres, y de las/os hijas/os del agresor».
Este tipo de violencia es uno de los principales factores que se dan en la pareja al comienzo de la aparición de la violencia de género; esta forma de control e invalidación hacia la víctima son muy efectivos tanto física como psíquicamente ya que incapacitan a la víctima para que pueda salir de esa situación o rehacer su vida. Los argumentos que suelen maquillar este tipo de agresión están relacionados con celos e inseguridades. Es esencial tratar de comprender e interceptar estos signos en la pareja.
De acuerdo con la noticia “Todos los días una mujer deja su trabajo por sufrir violencia de género”: todos los días, al menos una mujer se ve obligada a dejar su puesto de trabajo de manera parcial o total en España a causa de la violencia de género, según datos del Servicio Estatal Público del Empleo (SEPE), que ha recabado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Según explica hoy CSIF en una nota de prensa, durante 2017 y hasta septiembre de 2018 se han efectuado 384 contratos de sustitución a mujeres maltratadas, bastante más del doble que los 143 que se realizaron en 2014. El sindicato, que asevera que estas cifras son solo la «punta del iceberg» de la realidad de la violencia de género en España, pretende con este estudio trasladar al debate público el «papel preventivo que puede jugar el ámbito laboral en la lucha contra este problema».
En conclusión, desde el #ObservatorioViolenciaFM reivindicamos la importancia de trabajar para erradicar todas las formas de la violencia de género y/o machista, incluida la violencia económica que priva de independencia y libertad a las mujeres que la sufren.
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Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.
Por Jimena Chamizo Ruiz – Voluntaria de Fundación Mujeres