Por Tiare Paoa – Voluntaria de Fundación Mujeres
La violencia psicológica y emocional hacia las mujeres es una forma de abuso que se caracteriza por el uso de estrategias manipulativas, coercitivas y emocionales destinadas a controlar, dominar y socavar la autonomía y la autoestima de las mujeres. Este tipo de violencia puede adoptar diversas formas, como el hostigamiento constante, la humillación, la intimidación, el aislamiento social, la desvalorización sistemática, la culpabilización y la amenaza constante.
Un estudio de la OMS sobre Salud de la Mujer y Violencia Doméstica realizado en 10 países señala que entre el 13% y el 61% de las mujeres informaron haber sufrido violencia psicológica por parte de su pareja íntima en algún momento de sus vidas. Por su parte, la Encuesta Nacional de Violencia contra la Mujer en España (2019) refiere que aproximadamente el 44,3% de las mujeres han experimentado violencia psicológica en algún momento de su vida por parte de su pareja o expareja.
Este tipo de violencia se utiliza como un mecanismo de poder y control que busca mantener a la víctima en una posición de vulnerabilidad y sumisión. Los agresores suelen emplear tácticas manipulativas para debilitar la confianza en sí misma de la mujer, minar su autoestima y hacerla dependiente emocionalmente. Existes diversas formas en que se expresa este tipo de violencia, siendo las más frecuentes las siguientes:
- Humillación y menosprecio: Desvalorizar constantemente a la mujer, ridiculizándola, menospreciando sus logros o insultándola. Esto puede ocurrir en público o en privado, afectando su autoestima y confianza.
- Control y manipulación: Implica ejercer un control excesivo sobre la vida de la mujer. Esto puede abarcar desde limitar sus interacciones sociales hasta controlar sus finanzas, decisiones personales o actividades diarias, generando un sentimiento de dependencia y aislamiento.
- Aislamiento social: El maltrato puede incluir limitar el contacto con amigos, familiares o personas de apoyo, reduciendo así la red de apoyo de la víctima y aumentando su sensación de soledad.
- Amenazas y chantajes emocionales: Consiste en intimidar o amenazar a la mujer para obtener obediencia o sumisión. Pueden ser amenazas directas de violencia física o emocional, chantajes emocionales o incluso amenazas de daño a seres queridos.
- Gaslighting: Esta forma de maltrato implica manipular la realidad para hacer que la víctima cuestione su cordura, percepción o memoria. La persona abusiva puede negar hechos pasados, cambiar narrativas o hacer sentir a la víctima confundida y sin certezas.
- Desvalorización emocional: Incluye ignorar las necesidades emocionales de la mujer, invalidar sus sentimientos o hacerla sentir culpable por expresar emociones legítimas.
- Ciberacoso: Con el avance de la tecnología, este tipo de maltrato ocurre en línea a través de mensajes abusivos, difamación, control de las redes sociales o el acoso a través de medios digitales.
Es importante tener en cuenta que estos tipos de maltrato emocional pueden presentarse de manera individual o combinados, y forman parte de un patrón que muchas veces es muy difícil de reconocer. En los relatos de mujeres víctimas de maltrato psicológico, es interesante observar cómo el maltratador utiliza diversas estrategias de manipulación y control que suelen ser poco evidentes para provocar en la víctima un estado de confusión que no le permite distinguir claramente que está siendo víctima de maltrato y por lo tanto ser más manipulable. Algunas de estas conductas son:
- Insinuaciones que buscan generar inseguridad
- Lenguaje sarcástico o irónico
- Silencios interminables
- Chantaje emocional
- Uso de la mentira con toda convicción para rebatir cualquier tema.
- Acusaciones o proyecciones del propio defecto sobre la victima
- Caras y gestos de desprecio
- Mensajes contradictorios en los que se dice una cosa y la contraria a la vez
- Descalificaciones personales
- Comentarios despreciativos
- Humillaciones en público o en privado
- Instrumentalización del sexo como premio-castigo
Las consecuencias de este tipo de violencia son devastadoras en la salud mental y emocional de las mujeres, llevando a la depresión, la ansiedad, trastornos de estrés postraumático y la disminución de la autoestima. Por ello, es fundamental abordar la violencia psicológica y emocional hacia las mujeres desde una perspectiva multidisciplinaria, involucrando a profesionales de la psicología, el trabajo social, la salud mental y el derecho. La sensibilización, la educación sobre relaciones saludables y el acceso a recursos de apoyo son elementos clave para prevenir y abordar este tipo de violencia.
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Esta actividad forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el marco del «Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.