
Introducción
Históricamente, las mujeres han enfrentado barreras significativas para acceder al ejercicio del poder y la adopción de decisiones en el ámbito político, social y económico. Durante generaciones, han sido relegadas a roles secundarios, los cuales se ven enraizados en estereotipos de género que limitaban su participación en las esferas de liderazgo. Sin embargo, gracias al movimiento feminista y a la aplicación de políticas específicas que promueven la igualdad, se han logrado avances importantes que han permitido a más mujeres ocupar espacios de poder y contribuir con sus perspectivas a la transformación de la sociedad.
En este contexto, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se presenta como una oportunidad clave para destacar los logros alcanzados, pero también para poner de manifiesto los desafíos persistentes para continuar reforzando la importancia de seguir persiguiendo la equidad de género en todos los niveles de toma de decisiones.
La presencia de mujeres en el ejercicio de poder
Según datos de las Naciones Unidas, en 2024 las mujeres ocuparon únicamente el 27% de los escaños en los parlamentos nacionales y el 35,5% de los puestos en los gobiernos locales. De igual manera, en 141 países, las mujeres ostentaron menos de un tercio de los cargos ministeriales y siete países no tuvieron a ninguna mujer en sus gabinetes. Resulta sorprendente saber que, al ritmo de avance actual, la paridad de género en el ámbito ministerial no se alcanzará antes de 2077.
La participación política de las mujeres es esencial para el buen funcionamiento de la democracia. Su inclusión en la política está vinculada a una mayor justicia y supone una de las claves para generar sistemas de gobierno eficaces. Además, se ha podido demostrar que su mayor presencia en las esferas políticas contribuye a impulsar la legislación sobre asuntos específicos que, en otros contextos, habían resultado más invisibilizados.
Es el caso de asuntos tan fundamentales como la salud, la educación, las infraestructuras o la urgencia para frenar la violencia hacia las mujeres. De igual manera, al contar con referentes, inspira a que las niñas se proyecten y amplíen sus oportunidades en el ámbito laboral. Pese a los avances, aún hacen falta voces de mujeres en los espacios de toma de decisiones en todas las regiones alrededor del mundo.
Obstáculos para la participación política de las mujeres
Aunque los derechos de las mujeres a participar en la política han sido reconocidos desde hace décadas en acuerdos internacionales como la Plataforma de Acción de Beijing y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, su implementación no avanza lo suficientemente rápido, ya que las barreras al liderazgo femenino persisten en todo el mundo.
Las normas perjudiciales y la violencia de género continúan obstaculizando el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. Además, la situación empeora al perpetuarse estereotipos desde los medios de comunicación, puesto que refuerzan la percepción de que las mujeres tienen menor legitimidad y capacidad de liderazgo que los hombres.
Con el uso de Internet surgen también las amenazas de muerte, violación y violencia física contra mujeres en la política y la vida pública, cuya frecuencia resulta alarmante. Adicionalmente, el auge de la IA podría ampliar la magnitud y el alcance de estos abusos en internet.
Otros desafíos incluyen la resistencia de los partidos políticos a seleccionar a mujeres como líderes o candidatas, y los sistemas electorales que favorecen mayorías absolutas, lo que dificulta que las mujeres compitan en igualdad de condiciones con los hombres. Además, las mujeres suelen tener acceso más limitado a recursos esenciales para obtener una nominación o postularse a un cargo, como es el caso de las redes financieras y del patrocinio político.
Por último, la falta de compromiso político agrava estos problemas. Mientras las estructuras de liderazgo no cuestionen el dominio masculino en los espacios de toma de decisiones, los avances hacia la igualdad de género continuarán siendo lentos.
Cinco medidas que los gobiernos pueden adoptar para aumentar la participación política de las mujeres
Desde ONU Mujeres, se proponen a los gobiernos cinco medidas que pueden emplear para conseguir un incremento en la participación política de las mujeres. Estas consisten en:
Contar con medidas especiales, como la “legislación de cuotas de género y nombramientos paritarios”. Esta medida busca aumentar la representación femenina mediante cuotas obligatorias que garanticen un porcentaje mínimo de mujeres en parlamentos y elecciones locales. Para implementarla con éxito, los gobiernos deben establecer objetivos claros, y contar con mecanismos eficaces de aplicación, asegurando que estas cuotas se cumplan.
La segunda medida consiste en “poner fin a la violencia contra las mujeres en la política”. Se trata de prevenir y sancionar todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres en la vida pública, con inclusión del sufrido mediante Internet. Para lograrlo, se deben aprobar leyes que castiguen dichas agresiones, reforzar el acceso a la justicia para las víctimas y exigir responsabilidad a las plataformas digitales mediante la recopilación de datos sobre este tipo de violencia.
La siguiente busca “garantizar la igualdad de trato a votantes, candidatas y administradoras electorales”. Esta medida busca garantizar que las mujeres participen en igualdad de condiciones en los procesos electorales. Los gobiernos deben implementar políticas que aseguren la transparencia, la no discriminación y la seguridad en las elecciones, mientras facilitan el registro de votantes y protegen a las mujeres frente a la coacción o intimidación en las urnas.
En cuarto lugar, “apoyar a las mujeres candidatas y la toma de decisiones representativa”. El objetivo es reducir las desigualdades en campañas políticas mediante programas de capacitación para mujeres candidatas y la regulación del financiamiento de campañas, incentivando a los partidos a destinar recursos específicos para promover su participación equitativa.
Por último, “fomentar una cobertura mediática justa y transparente”.
Esta medida busca garantizar una representación equilibrada en los medios durante los procesos electorales. Esto incluye leyes que prohíban discursos de odio y discriminación, aseguren igualdad de acceso a los medios y establezcan mecanismos de supervisión independientes para sancionar incumplimientos, fomentando una representación respetuosa y justa.
¿Por qué es más difícil para una mujer alcanzar un alto cargo de representación política?
La dificultad para que las mujeres alcancen altos cargos de representación política, como la presidencia de un país, está profundamente enraizada en estereotipos de género que condicionan las percepciones sobre el liderazgo y el poder. En la historia, las características asociadas a la feminidad y a la masculinidad han desempeñado un papel crucial en definir qué cualidades se consideran apropiadas para el ejercicio del poder, lo que genera una desventaja estructural para las mujeres.
Por un lado, las mujeres suelen ser asociadas con cualidades tradicionalmente vinculadas a la feminidad, como la sensibilidad, la empatía, la compasión y la cercanía emocional. Aunque estas características pueden ser extremadamente valiosas en el liderazgo, a menudo se perciben como signos de debilidad o falta de capacidad para tomar decisiones duras, especialmente en contextos políticos de alto nivel.
Por otro lado, las características atribuidas a los hombres, como la agresividad, la seguridad en la toma de decisiones, la racionalidad y la competitividad, son vistas como ideales para liderar en momentos de crisis o conflictos. Estas percepciones no solo perpetúan la idea de que las mujeres son menos aptas para el poder, sino que además penalizan a aquellas que intentan romper con los roles de género tradicionales. Las mujeres que demuestran cualidades consideradas «masculinas», como la ambición o la asertividad, a menudo son vistas como «mandonas» o «antipáticas», lo que las coloca en una posición desfavorable frente a sus pares masculinos. Se trata de cualidades con doble significado, el cual se está atribuyendo negativa o positivamente en función del sexo.
Además, el sesgo cultural lleva a cuestionar la legitimidad del liderazgo femenino con mayor frecuencia que el masculino. Las mujeres enfrentan mayores expectativas para demostrar constantemente su competencia, mientras que los hombres, en muchos casos, se benefician de una presunción automática de autoridad. Esto no solo impacta la percepción del electorado, sino también la forma en que las propias estructuras políticas, como los partidos, priorizan y apoyan a sus candidatas.
Por último, este fenómeno también está vinculado al «doble estándar» de la vida personal y profesional. A las mujeres en política se les exige equilibrar de manera impecable su rol en el ámbito público con las responsabilidades domésticas y familiares, mientras que a los hombres rara vez se les mide con los mismos criterios. Esto refuerza la idea de que el liderazgo femenino es una excepción y no la norma, perpetuando así la desigualdad en el acceso a los más altos niveles de poder.
En conclusión, las barreras que enfrentan las mujeres para alcanzar altos cargos de representación política no solo están relacionadas con el acceso estructural, sino también con profundas raíces culturales que asocian el poder y el liderazgo con características masculinas, relegando las cualidades femeninas a un plano secundario y limitando las oportunidades para que las mujeres transformen las dinámicas de poder actuales. Si te interesa adquirir más información acerca de mujeres en el ejercicio del poder accede a la siguiente infografía 8M.
Autoría: Vega Rubio Gómez. Voluntaria Fundación Mujeres
BIBLIOGRAFIA
- ONU Mujeres. (2024). Why so few women are in political leadership, and five actions to boost women’s political participation. ONU Mujeres. https://www.unwomen.org/es/news-stories/explainer/2024/09/five-actions-to-boost-womens-political-participation
- García Beaudoux, V. (2014). Estereotipos de género y liderazgo femenino. In VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXI Jornadas de Investigación Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires.
- Carrillo, N. (2017, February 15). Género y poder: ¿por qué no hay mujeres directivas?edu; Universitat Oberta de Catalunya. https://www.uoc.edu/es/news/2017/033-genero-poder
- Rossi, E. (2023, April 21). Las mujeres en política: el camino todavía es largo. Real Instituto Elcano. https://www.realinstitutoelcano.org/comentarios/las-mujeres-en-politica-el-camino-todavia-es-largo/