
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing en 1995 puso de manifiesto algo fundamental para la conquista de derechos de las mujeres: la relevancia de los medios de comunicación y su poder para eliminar los estereotipos; además de frenar los abusos de poder que se llevan a cabo en esta industria y que impiden a las mujeres desarrollar de manera adecuada sus habilidades y competencias en este campo (Declaración de Beijing:1995).
De este modo, se reivindica un enfoque de género en todos los medios de difusión para que, en este mundo cada vez más globalizado e interconectado, la presencia de las mujeres no sea algo inédito. Y es que los medios no sólo informan y describen la realidad tan plural en la que vivimos, sino que también la construyen: somos la sociedad de la información.
El periodismo deportivo, un claro ejemplo:
Si bien es cierto que hay más graduadas que graduados en los grados de Comunicación en España, las mujeres no pueden acceder a cargos directivos ni a la paridad salarial, o incluso al mismo número y categoría de puestos, algo que se evidencia en el ámbito del periodismo deportivo (Román-San-Miguel, A., Zambrano, RE, & Villarreal-Palomo,2021).
Las mujeres, como comunicadoras y periodistas de información deportiva, escasean. Otro punto importante a mencionar es el hecho de que la sección de deportes ocupa entre un 15% y un 30% de los contenidos emitidos por los medios de comunicación. No obstante, a pesar de que constituye una gran parte de estos contenidos, las deportistas no representan más del 10% del tiempo dedicado a dicha sección: sus logros, triunfos y trabajo no son celebrados como los de sus colegas. De hecho, no es que no se celebren, es que, por razones de sexo no se les da la suficiente relevancia como para informar de ello. ¿Cómo va a haber referentes femeninos en el deporte si la gente no sabe que existen?(Morrillo;2019)
Cosificación e hipersexualización de las mujeres en los medios de comunicación
Otro factor a tener en cuenta es que actualmente la belleza es algo que nutre el capital humano al ser un recurso económico (Verdú;2018). Por ello, la violencia simbólica ejercida hacia las mujeres en los medios de comunicación no para de aumentar, reproduciendo unos estereotipos sexistas basados en la belleza desde la mirada masculina. Esto objetualiza a la mujer y la obliga a cumplir unos estándares basados en conservar una imagen no sólo juvenil, sino también sexy(Verdú;2018) , de hecho, la edad y el peso son dos elementos fundamentales.(Herrero;2005).
Esto supone un gran impacto en la salud mental de las mujeres, relacionado con la autoestima o la autoimagen, así como el desarrollo de su propia identidad (Verdú;2018) o desencadena trastornos de conducta alimentaria, entre otros, dado que se relaciona el ser hermosa con tener éxito (Herrero;2005).
No hay que olvidar que las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes son las más vulnerables ante esta concepción de belleza mediática: con 12 años ya acuden a tratamientos que incluyen retinol, ácido glicólico… Algo que a su vez se vincula con la dismorfia corporal, alteraciones en la piel, dermatitis…(RTVE;2025). Las operaciones estéticas para cumplir ciertos parámetros están a la orden del día, siendo comunes en mujeres cada vez de menos edad, acarreando graves consecuencias que no son estudiadas ni contempladas y que se ocultan tras un “mi cuerpo, mi decisión”, que ignora las dinámicas de poder sexistas y patriarcales de este sistema.
La publicidad, por ejemplo, sigue siendo un campo donde el cuerpo de la mujer se instrumentaliza para cierto tipo de consumo, apelando a la eterna juventud en anuncios de cosmética y moda, tareas domésticas en productos de limpieza y un largo etcétera. Sin embargo, en 2004 se modificó la Ley General de Publicidad donde, en el Artículo 6, se especifica que se tomarán acciones contra la publicidad ilícita que utilice la imagen de la mujer de modo vejatorio o discriminatorio (Ley 34/1988).
Una industria poco equitativa
La industria audiovisual, que ha sido dominada durante décadas por hombres, ha puesto en descubierto la falta de programas dirigidos por mujeres, así como la carencia de contenidos audiovisuales que fomenten la igualdad de género.(Morrillo;2019) Aún así, el futuro es prometedor: cada vez hay más contenido realizado, producido, dirigido y presentado por mujeres: desde programas de televisión, podcasts, etcétera. No obstante, se requieren de acciones por parte de los gobiernos y la sociedad para aplicar un enfoque de género tanto en la publicidad como en cualquier medio audiovisual con tal de conseguir la igualdad en la industria.
Autoría: Belén Colmenero Rodríguez. Voluntaria Fundación Mujeres.
BIBLIOGRAFIA
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- Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad. Jefatura del Estado «BOE» núm. 274, de 15 de noviembre de 1988 Referencia: BOE-A-1988-26156 https://www.boe.es/buscar/pdf/1988/BOE-A-1988-26156-consolidado.pdf
- Morillo, CF (2019). Derechos y deberes de los medios de comunicación en la promoción de la igualdad de género . Divulgatio, 18, 107-120.
https://doi.org/10.25267/Hachetetepe.2019.v1.i18.10 - ONU (1995), Beijing Declaration and Platform for Action, https://www.unwomen.org/sites/default/files/Headquarters/Attachments/Sections/CSW/PFA_
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Román-San-Miguel, A., Zambrano, RE, & Villarreal-Palomo, A. (2021). Periodismo deportivo dirigido por mujeres: Análisis de la presencia de las mujeres en cargos directivos
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RTVE. (2025, 2 febrero). Tinc complexos [Vídeo]. RTVE.es. https://www.rtve.es/play/videos/mapes-mentals/tinc-complexos/16433212/
Verdú Delgado, A. D. (2018). El sufrimiento de la mujer objeto. Consecuencias de la cosificación sexual de las mujeres en los medios de comunicación. 31: 167-186. https://doi.org/10.14198/fem.2018.31.08