Hoy se cumplen dos años del asesinato de Berta Cáceres, activista en defensa de los pueblos indígenas, derechos humanos y medio ambiente, y coordinadora y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, junto a quienes, en 2016, llevaba a cabo una lucha en contra del proyecto Agua Zarca, que dejaría sin acceso a recursos básicos al pueblo indígena Lenca.
Un año después de su asesinato, se presenta en un informe que hubieran estado involucrados en el mismo funcionariado hondureño y personal de la empresa DESA, responsable del proyecto contra el que luchaba Berta.
Se pone de manifiesto la inseguridad que supone para activistas enfrentar a las grandes estructuras de poder, y en el caso de Berta, la vulnerabilidad que supuso tanto ser mujer, como su lucha en defensa de los pueblos indígenas.
Pero, en palabras de su hija, Laura Zúñiga, en una entrevista realizada por Amnistía internacional, su labor sigue presente a día de hoy: «Mi mami era defensora incondicional del medio ambiente. Defendía los intereses del pueblo Lenca. Creía en la verdad, la libertad. Creía en los derechos humanos. Sus ideas, su lucha, sus principios le daban la fuerza para luchar. Ella no se doblegó nunca, ni se dejó vencer. Su vitalidad, su compromiso y su valentía siguen vivos en nosotros. Su capacidad de seguir adelante incluso en los momentos más adversos es nuestra fuerza para avanzar. Nosotros tampoco nos vamos a doblegar. “No nos queda otro camino”, nos repetía siempre. “Hemos luchado y lo vamos a seguir haciendo”».
Para más información, consulta los siguientes enlaces:
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Amnesty.org Berta Cáceres: «Me lo dijo el río»
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Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras