En los últimos años se ha vuelto a reabrir el debate sobre la necesidad de poner el foco en el agresor y no en las víctimas en la lucha contra la violencia de género. El objetivo general de este enfoque es promover un cambio de las actitudes masculinas, una participación más activa en la lucha contra la violencia de género y una mayor sensibilización sobre este problema. El auge de los asesinatos machistas en las últimas semanas, nos lleva a la conclusión de que este sigue siendo un asunto pendiente en el abordaje y la prevención de la violencia contra la mujer.
Generalmente, este tipo de intervenciones se han limitado a programas específicos para reeducar a agresores. No obstante, es necesario ir más allá.
A nivel institucional, en el estado español apenas se ha llevado a cabo este cambio de paradigma, a excepción del País Vasco, que en 2007 lanzó Gizonduz una iniciativa liderada por el Instituto Vasco de la Mujer, que pretende trabajar las masculinidades desde las instituciones, y que trata de promover la concienciación, participación e implicación de los hombres a favor de la igualdad de género, así como aumentar la corresponsabilidad de los hombres en el trabajo doméstico y de cuidados.
En diciembre de 2009, el Ministerio de Igualdad puso en marcha un servicio telefónico y online de información y orientación en cuestiones relacionadas con los hombres y la igualdad de género, que tan solo duró un año.
Este enfoque también está ausente en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aprobado en 2017. Por el contrario, el trabajo específico con hombres es una de las líneas de trabajo de la Estrategia Nacional contra las Violencias Machistas 2021-2023.
Fuera de nuestras fronteras, se han creado varios programas de intervención dirigidos a hombres con el fin de transformar los comportamientos masculinos negativos y aumentar su sensibilización sobre el problema, entre los que destacan: El Men’s Action for Stopping Violence Against Women (MASVAW), en India, RWAMREC en Ruanda, y Promundo con sede en Brasil.
Siguiendo la misma línea, la organización Masculinidades Beta, con sede en Madrid y de ámbito nacional, se constituyó en 2018 con el objetivo de redefinir las masculinidades y promover unas relaciones basadas en el respeto, el cuidado, el afecto y la no violencia.
A nivel global, la red, Men Engage Alliance formada por un gran número de ONG’s y agencias de la ONU, trata de promover la participación de los niños y hombres en la lucha por la justicia de género y los derechos humanos. Asimismo, es un espacio de reflexión que permite cuestionar las barreras estructurales existentes para lograr la equidad de género.
La participación activa de los hombres como potenciales sujetos de cambio en la prevención y erradicación de la violencia de género es fundamental, ya que facilita una transformación social y cultural que cuestione los procesos de construcción de la masculinidad hegemónica, que incide en múltiples formas de violencia. Para ello es necesario invertir en recursos que garanticen la implantación de modelos educativos en igualdad desde la niñez.
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