La nueva campaña de Noctámbul@s pone en primer plano cómo los medios de comunicación y muchos enunciados utilizados en la vida cotidiana perpetúan aquello que Nerea Barjola nombra como disciplina del terror sexual. ¿A qué nos referimos con ello? Es aquella disciplina generada a través de discursos mediáticos y sociales que transmiten miedo y alarma respecto a la violencia sexual, que prescriben determinados comportamientos y pautas mientras que sancionan otros, y que tienen como objetivo principal el control y restricción de la libertad de las mujeres. Y ello en sí mismo también se constituye como violencia contra las mujeres, ya que los discursos sociales le dan sentido a nuestras acciones y el mundo en el que vivimos.
La campaña, financiada por la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, está diseñada y maquetada por Inés Jiménez. Nos muestra a través de titulares reales de diarios españoles diferentes maneras en que se desarrolla este tipo de terror en el plano discursivo, donde se naturaliza la violencia -mostrándola como inevitable en muchos casos- y se invisibiliza a quienes la perpetúan, en este caso aquellos hombres responsables de ejercitar la violencia.
¿Cómo podemos identificarla? Algunas acciones discursivas tienen que ver con:
- Borrar al sujeto que ejecuta la violencia, poner el foco en la víctima. Por ejemplo, decir “El alcohol produjo destrozos. Una mujer salió a celebrar su tesis y terminó violada en fiesta universitaria”.
- Explicar o justificar el delito responsabilizando a la víctima a través de su contexto, acciones, vestimenta: era porque tenía la falda corta, porque se encontraba sola, porque estaba borracha, etc. “Viajaba sola por Latinoamérica y terminó desaparecida. La encontraron muerta 5 días después”.
- Detallar elementos escabrosos de la escena sólo para generar mayor terror y amarillismo. Por ejemplo, explicitar el tipo de heridas sobre una persona, si la violencia ha sido ejercitada en un contexto extraño, etc. Elementos que no suman a la noticia, que faltan el respeto a las víctimas y sus familias y que solo se detallan para generar morbo.
- Naturalizar causa y efecto de la violencia, sosteniendo una cultura de la violación. “Destino final anunciado. San Fermín vuelve y con ello 3 denuncias de abuso”.
- Dudar de la víctima y de su consentimiento cuando sucede un delito sexual: “Presunta víctima indica que sí conocía al futbolista de encuentros anteriores”. Es decir, se pone en tela de juicio su consentimiento, en especial si su agresor es una personalidad pública o famosa.
- Presentar a quien ejerce la violencia como un inadaptado social, sancionando sus acciones, pero a la vez aislando una conducta que en realidad se da con alta frecuencia: “El monstruo aprovechó que estaba borracha y la llevó lejos de sus amigos”.
La campaña de Noctámbul@s permite identificar la manera en que el discurso mediático construye una realidad donde pareciera que las mujeres son las responsables de la violencia que se acomete sobre ellas. Pero a la vez, también nos invita a cambiar el foco y a desarrollar nuevas prácticas más responsables y con perspectiva de género. A continuación compartimos sus propuestas:
Puedes descargar el documento completo de la campaña en este enlace.
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