Este año 2022 se ha publicado el estudio ‘La Prostitución en la Comunitat Valenciana: Una mirada sociológica’, cuyo objetivo es describir rigurosamente la prostitución con el propósito de “conocer las principales características en el momento actual, ponderar su magnitud y alcance, comprender su lógica interna y poder diseñar medidas y acciones políticas ajustadas a los datos recabados”.
Introducción
Durante la investigación se han destacado, desde una perspectiva sociológica, cuatro aspectos principales de la prostitución:
- Se concibe como una práctica social heterogénea y diversa.
- Está viviendo, en la última década, una trasformación digital profunda debido a la generalización de los teléfonos inteligentes.
- Adopta nuevas formas de organización de negocio típicas del mercado digital, siguiendo las pautas de la economía actual.
- Todas estas transformaciones hacen que sea un fenómeno móvil y disperso, pero sobre todo invisible y normalizado, lo cual se traduce en dificultades para la obtención de información rigurosa.
La mayor parte de la prostitución es de demandantes masculinos y más del 95% de mujeres en situación de prostitución, centrándose el estudio en este tipo de prostitución con las siguientes características:
- Intercambio comercial.
- Carácter coercitivo y de explotación. “Quienes venden su cuerpo por dinero, lo hacen en condiciones de desigualdad que son coactivas, sea por pobreza, adicción a las drogas, o amenaza de violencia” (Sandel, 2021) y estas condiciones invalidan la libre elección.
- Carácter institucional y sistémico, sobre todo por su carácter funcional para la sociedad.
- Práctica estigmatizadora para las mujeres en situación de prostitución, reduciendo la posibilidad de tener relaciones sociales, otro tipo de trabajo y que afecta a su subjetividad e identidad (culpa, vergüenza y trauma).
- Ocultamiento y clandestinidad por parte de los proxenetas y los demandantes ya que esta práctica afecta a su reputación pública, sin embargo, se presume en fraternidad masculina.
- El submundo de la prostitución suele estar en contacto con otros submundos, de drogas y pornografía.
- La experiencia es relatada por las mujeres como denigrante, humillante y traumatizante, por el hecho de ser tratadas como mercancía.
Conclusiones
En primer lugar, respecto a la prostitución heterosexual femenina, se ha detectado un aumento de la prostitución en pisos y plataformas, sin la desaparición de esta en la calle y en clubes. Además, no se han detectado grandes organizaciones criminales como en otros sectores, sino que operan estructuras organizativas con fuertes lazos en los ámbitos locales y redes familiares. En referencia a la diferencia geográfica de la trata y la explotación sexual en la Comunidad Valenciana es destacable el corredor del Mediterráneo. Este hecho está relacionado con la especialización del mercado turístico y del entretenimiento, suponiendo la prostitución un servicio más del que determinadas personas esperan encontrar en este territorio.
En segundo lugar, respecto a los demandantes, hay algunos rasgos de su perfil socio-cultural que les diferencian del resto de varones. Los porcentajes más elevados de experiencia próxima a la prostitución se encuentran en los varones entre 20 y 55 años; los que viven en solitario y están separados o divorciados; los que poseen una visión segregada y machista de la mujer; los que valoran más el sexo entre los motivos para mantener relaciones sexuales; los que consumen pornografía frecuentemente. Es decir, se puede decir que se afirma un tipo concreto de masculinidad.
En tercer lugar, se estima que el número de mujeres en situación de prostitución en la Comunidad Valenciana se encuentra entre 10.000 y 13.000. A pesar de la heterogeneidad en términos de edad, origen, nivel educativo y posición en la institución prostitucional, existen regularidades. La edad media se encuentra entre los 25 y 34 años, un gran porcentaje son extranjeras, procedentes principalmente de redes de trata en Nigeria, Colombia y Rumania. Cuando no es caso de trata, la prostitución suele ser una necesidad imperante como medio de subsistencia económica.
Finalmente, la desinhibición del lenguaje, la variedad de oferta, el avance en la cosificación de los cuerpos en las plataformas digitales, sin control ni regulación, sugiere que se trata de un fenómeno normal y aceptable. Esta naturalización y normalización llevan a una legalización de “facto”.
Para más información, puede descargar el estudio completo desde este enlace.
Por Irene Macías Gallego – Voluntaria de Fundación Mujeres