Más de cinco mil personas se sumaron a la protesta pacífica el domingo 1 de noviembre, siendo una de las más numerosas en la historia de la ciudad.
El asesinato de otra joven en el centro turístico del Caribe mexicano fue “la gota que derramó el vaso” y generó la movilización de hartazgo contra la violencia de género en esta ciudad, donde las autoridades evitan catalogar estos asesinatos como feminicidios y los etiquetan como “homicidios violentos” o “crímenes pasionales”.
Ante la presión social, el mandatario estatal, Roberto Borge Angulo, garantizó a la sociedad y a la familia de la última mujer asesinada que “no se escatimarán recursos para esclarecer este lamentable y condenable homicidio”. Sin embargo, el procurador de Justicia de Quintana Roo, Arturo Álvarez Escalera, también rechaza que se trate de un feminicidio.
Durante la marcha del domingo, Teresa Carmona, representante del Movimiento de la Paz con Justicia y Dignidad en Cancún, señaló que “la rabia, la tristeza y la ansiedad” impulsaron a la población a vencer “la apatía y el miedo” y salir a protestar. Además, Carmona solicitó que se decrete la Alerta de Violencia de Género (AVG) en el estado.
La ciudadanía demanda que desde el gobierno se de seguimiento real a los casos de feminicidio y que se esclarezcan. De la misma forma, exigen que la administración invierta en la iluminación y el uso de cámaras de vigilancia en espacios recreativos para evitar los ataques.
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