Hoy traemos la historia de Hilda, poniendo nombre a otras muchas que han tenido que sufrir su mismo destino. Hilda, de 18 años y residente en Las Palmas, una zona rural de San Luis Potosí en México, estaba embarazada cuando sufrió un aborto natural al ayudar a su madre a cargar cubetas con agua hasta su casa. Fue a un hospital a pedir ayuda, pero fue acusada de provocarse un aborto por una doctora, la cual le ofreció asistencia sólo si confesaba haberlo hecho. A Hilda no le quedó mas remedio. Horas después fue encarcelada, puesto que las leyes de San Luis Potosí prohiben el aborto y estipulan castigo para cualquier persona que participe en la interrupción del embarazo, incluida la madre que lo ocasione o permita.
Los hechos ocurrieron en 2009, y aunque en un primer momento Hilda quedó en libertad (el fiscal no pudo comprobar las acusaciones), hace unos meses un juez ordenó su entrada en prisión, para después, y sin audiencias de por medio, sentenciarla a un año de prisión.
Los abogados de GIRE, Grupo de Información en Reproducción Elegida, una organización civil a favor de los derechos de las mujeres, denuncian esta decisión injusta, diciendo que Hilda había sido condenada sin pruebas científicas suficientes, con la mera autoinculpación que hizo ante la doctora, bajo presión médica y sin la presencia de un abogado, según han explicado a BBC Mundo.
Hilda está cumpliendo su sentencia en libertad, aunque GIRE reclama al Tribunal Supremo de Justicia del Estado que sea sometida a un nuevo juicio imparcial donde pueda defenderse.
Aunque México regule el aborto bajo algunos supuestos (embarazo producto de abuso sexual, por riesgo de muerte de la madre, malformaciones congénitas o genéticas en el feto, inseminación artificial no permitida o los abortos imprudentes), lo cierto es que no existe una norma que obligue a los médicos a practicarlos, disminuyendo a las mujeres sus derechos, ya de por sí muy limitados. Así, bajo el mismo supuesto de hecho, algunas mujeres son condenadas a 35 años de prisión por homicidio en razón de parentesco, mientras que otras cumplen sus condenas en libertad. Todo se decide según el criterio de los fiscales, incurriendo así en imparcialidad.
La diferencia, además, no se reduce solo a esto, ya que la legislación a lo largo del país es variada y bien diferente. En 17 de los 32 Estados Mexicanos se protege la vida desde el momento de la concepción, mientras que en Ciudad de México se permite la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación.
El caso de Hilda es uno más de muchos, aunque las cifras no están claras. México carece de un registro nacional de mujeres en prisión por abortar, ya que todos los casos se incluyen en la tElige entre las etiquetas más utilizadasipificación de homicidio en razón de parentesco. Además, dentro de este tipo se encuentran los casos de mujeres que han sufrido abortos espontáneos de forma natural, por razón de enfermedad, desnutrición o por trabajar en el campo en condiciones insalubres. Está claro que un común denominador de casi todos estos casos son mujeres en situación de pobreza.
Para más información:
BBC Mundo: Las mexicanas que son encarceladas por abortar