Las ONGs Alianza por la Solidaridad y Action Aid han coordinado y dirigido una investigación para demostrar y denunciar la enorme vulnerabilidad de las mujeres palestinas como consecuencia directa de la Ocupación israelí sobre la franja de Gaza. Se encuestaron a 440 mujeres. Además, 332 mujeres, 130 hombres, siete informantes clave de las comunidades y 28 miembros de organizaciones participaron en grupos focales, mesas redondas y entrevistas individuales. A continuación os presentamos algunos de los resultados y datos más relevantes de dicha investigación:
Casi un 40% por ciento de las mujeres de la Franja de Gaza ha sufrido violencia de género en el seno de su familia y una de cada cinco ha sido víctima de agresiones sexuales desde el verano de 2014. Este informe pone de manifiesto la relación existente entre las agresiones que sufren las palestinas y los ataques del ejército israelí, concretamente la Operación Margen Protector, que se desarrolló en agosto del 2014 causando la muerte de 2.251 civiles: a raíz de aquella guerra la violencia ha pasado de afectar al 33% a hacerlo al 39,6% de las gazatíes. Los resultados del estudio sirven para demostrar la relación que existe entre los conflictos y la violencia de género, que afecta tanto a la salud física como psicológica, y muestran que ese 39,6% de gazatíes ha sido víctima de algún tipo de agresión física, sexual, emocional o de otra forma, por parte de la pareja o familiares con quienes convive, sea en el seno del hogar o en espacios públicos. Por otro lado, una de cada cinco de esas mujeres (19%) ha experimentado abusos o intimaciones sexuales y un 63% hasta diferentes tipos de violencia .
En el estudio también se trata la cuestión de los desplazamientos provocados tras las hostilidades en 2014, que han incrementado la violencia de género: un 28,2% de las mujeres gazatíes sufre violencia emocional o psicológica que se manifiesta con insultos, humillaciones, amenazas de arrebatarles los hijos o a través del confinamiento de las más jóvenes en las casas. A esta le siguen la violencia económica, las agresiones físicas, actitudes de control del comportamiento y violencia sexual. Además, un 4,4% de las gazatíes afirma que sus parejas se niegan a utilizar métodos anticonceptivos durante sus relaciones sexuales aunque ellas se lo pidan.
Consecuencias de los ataques en las mujeres de Gaza
Tras ser destruidos sus hogares en la Operación Margen Protector, alrededor del 28% de la población de Gaza fue desplazada a viviendas de familiares y a refugios. En estos espacios las mujeres y niñas son aún más vulnerables debido al hacinamiento y a la falta de mecanismos de seguridad y privacidad. Las mujeres señalan que durante los dos meses de bombardeos la violencia de género disminuyó, menos para las que estaban en los refugios ya que aquí se produjeron violaciones. Sin embargo, posteriormente la violencia de género ha aumentado y ha aparecido en la vida de un 7,6% de mujeres que antes no la sufrían.
A todas estas consecuencias debido a los ataques hay que sumarles el efecto de la ocupación israelí permanente, que genera agresiones físicas y verbales en los puestos de control, donde en ocasiones les obligan a entregar a los bebés y donde las deniegan permisos de salida imposibilitándolas así el poder acceder a tratamiento médico especializado para ciertas dolencias que no se encuentra disponible dentro de la franja de Gaza.
La cultura del silencio y la desprotección
Ante la violencia de género hasta un 79% de las mujeres palestinas considera que son problemas que “no deben salir del hogar” y que “las mujeres deben tolerar la violencia de sus maridos para mantener la familia junta”. El informe señala que Las palestinas afrontan este problema tratando de resolverlo por sí mismas, limitándose a no hablar con el agresor unos días (50%); pidiéndole que cambie su comportamiento (38%) o reclamando ayuda a familiares (38%).
En el momento de buscar ayuda externa, un 17,1% acuden a los centros de salud y a las clínicas como primer recurso. Sólo el 2% pone una denuncia ante la policía. Respecto a esto, en los grupos de discusión que se realizaron para la investigación se puso de manifiesto que tanto la policía como los comités sociales, los mukhtars (líderes religiosos) o las familias, salvo excepciones, sólo les ofrecen una solución: volver a casa con el agresor.
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