850 menores de 15 años dan a luz cada año en Chile, según los datos arrojados por el colegio de matronas y matrones en este país. La mayoría de estos son el resultado violaciones incestuosas.
El aborto está prohibido a nivel nacional sin excepciones desde que, en 1989, el dictador Augusto Pinochet modificara el código sanitario.Actualmente existe una iniciativa en curso dirigida a matizar dicho código, tan solo en algunos supuestos extremos tales como inviabilidad del feto, el posible riesgo para la vida de la madre, o el embarazo por violación.
Según el artículo, los profesionales médicos parecen ser los que mas denuncian esta situación. Más que las victimas y su entorno familiar.
La sombra del abuso a menores como práctica recurrente, aun representa en enorme tabú en sociedades machistas que procuran y alientan sentimientos de vergüenza y culpabilidad en las víctimas y sus familiares, promoviendo actitudes cómo el recato o la discreción para no ocasionar conflictos internos en el seno familiar, ni fomentar el escándalo social.
Resulta necesario (por no decir extremadamente urgente) invertir un gran esfuerzo en la sensibilización hacia este tipo de problemática. No podemos seguir ignorando nuestras miserias morales a la hora de zanjar ciertos asuntos. Con respecto al ejercicio de la violencia que se expresa de forma estructural no sabemos estar a la altura y reaccionar con firmeza. Estamos en deuda como sociedad.
Para mayor información consulta la siguiente noticia: