Un año después de la multitudinaria marcha de la plataforma 7N, se han reunido en el centro de Madrid centenares de personas para protestar contra las violencias machistas. Las agresiones sexuales han sido el principal motivo de protesta este año, desde las menos evidentes como un “piropo” callejero, hasta las más visibles como los acontecimientos ocurridos en los Sanfermines. Agresiones como éstas han evidenciado la gravedad de este tipo de conductas que deberían ser consideradas como violencia de género, tal y como lo pedían las manifestantes.
La movilización se inició en el Paseo del Prado y llegó hasta el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, donde las asistentes gritaban “De camino a casa quiero se libre, no valiente” o “No es no, lo otro es violación”. Desde las más veteranas hasta las más jóvenes se unieron en esta marcha para pedir al Gobierno que escuche a las mujeres y que introduzca reformas. Estuvo presente el Bloque Feminista Estudiantil manifestándose en contra del lenguaje sexista, así como varios dirigentes políticos de Podemos. Algunas otras ciudades españolas también se han sumado a esta concentración.
El presupuesto del Gobierno para la prevención de la violencia de género no ha hecho más que reducirse en los últimos años, particularmente un 26 % desde el año 2010 y dado el contexto actual, las esperanzas de mejora son bastante limitadas. No es de extrañar si tenemos en cuenta que el programa dedicado a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha reducido sus fondos un 61% en los 10 últimos años.
Finalmente, la marcha concluyó con una mesa redonda organizada por la plataforma 7N, en la cual se plantearon retos futuros y una serie exigencias al Gobierno como por ejemplo que incluya todos los niveles de agresiones a mujeres como violencia machista y que englobe a otros sujetos más allá de la pareja o ex pareja en los casos de violencia de género.
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