Por Estela Soage Casalderrey- Equipo de trabajo del Observatorio de Violencia
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170 , en la que declaraba el día 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña con el objetivo de «reconocer los derechos de las niñas y los problemas excepcionales que las niñas confrontan en todo el mundo».
La ONU estableció que «Todos los días, las niñas hacen frente a la discriminación y la violencia en todo el mundo. El Día Internacional de la Niña centra la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos«.
Se trata de promover los derechos humanos de las niñas y abordar la desigualdad de género, la discriminación y el abuso sufrido por las niñas en todo el mundo. En 2015, los líderes mundiales acordaron una serie de objetivos globales para el desarrollo sostenible. Al comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los gobiernos de todo el mundo acordaron tomar acción para crear un mundo más equitativo, seguro y próspero para el año 2030, estableciendo 17 objetivos que conforman los denominados ODS.
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y sana, no sólo durante los años de formación, sino también a medida que maduran. Si se les apoya con eficacia durante los años de adolescencia tendrán el potencial de cambiar el mundo, tanto como las niñas de hoy o como las trabajadoras, madres, empresarias, tutoras, jefas de familia y lideresas políticas del mañana. Una inversión en la realización de su potencial defiende sus derechos ahora y promete un futuro más equitativo y próspero, uno en el que la mitad de la humanidad se encuentran en condición de igualdad para la solución de los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades, y la sostenibilidad mundial.
Durante los últimos 15 años, la comunidad internacional ha hecho progresos importantes para la mejora de la vida de las niñas en la primera infancia ya que en su primera década de vida tienen más probabilidades de inscribirse en la escuela primaria, recibir las vacunas necesarias y ser menos propensas a sufrir problemas de salud y nutrición. Sin embargo, no se ha invertido lo suficiente para hacer frente a los retos que enfrentan cuando entran en la segunda década, incluyendo la obtención de una educación media y superior de calidad, la evitación del matrimonio infantil, el derecho a recibir información y servicios orientados a la etapa de la pubertad y la salud reproductiva, así como la protección contra el embarazo no deseado, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia basada en el género.
A medida que la comunidad mundial pone en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para su posterior aplicación, es un buen momento para reconocer los logros obtenidos en este terreno. También se pretende aspirar a apoyar a la actual y nueva generación de adolescentes para que realicen realmente su potencial como actrices y actores importantes en la consecución de un mundo sostenible y equitativo.
Las niñas cargan con las peores consecuencias de la pobreza y la desigualdad, resultando las más afectadas a la hora de poder llevar una vida autónoma e independiente. Se debe empoderar a las niñas en todos los ámbitos del aprendizaje desde la administración hasta la enseñanza, ofreciéndoles oportunidades de asesoramiento para así ayudarlas a construir sus perspectivas de vida como mujeres en un futuro.
Las niñas de todo el mundo son parte de una generación que se siente preparada para enfocarse en temas de bien social y afrontar su futuro de la manera más fructífera posible. Durante muchos años y hasta la actualidad existe una lucha por la equidad de género en los ya denominados anteriormente como objetivos de la ODS.
Las decisiones políticas se deben dirigir hacia la elaboración de programas que se basen en la cuantificación y la comprensión de los desafíos a conseguir, así como en la realización de un plan de seguimiento para avanzar hacia la resolución de los problemas más específicos que sufren las niñas de todo el mundo.
Cuando desde las Administraciones se invierte en salud y en el desarrollo de las nuevas generaciones, ya sea en momentos de paz como en momento de crisis global, el apoyo que reciben contribuye a la determinación de su propio destino así como a cumplir sus sueños.
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