¿Qué llevabas puesto? Desmontando otro mito que culpabiliza a las víctimas

Por Ruth Prada Yáñez – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia

“La agresión sexual nunca ocurre por la ropa que lleva una persona. La única razón por la que ocurre es porque una persona ataca a otra”. Este lema recibe a los visitantes de una exposición que muestra la ropa que llevaban puesta 18 mujeres y niñas víctimas de violaciones. Lejos del prejuicio de dar por sentado que la ropa provocativa, una minifalda o un escote, incitan al violador, las prendas que se exhiben son de lo más cotidiano: un vaquero, una camiseta y zapatos planos; una falda negra y un jersey rojo; ropa de hacer deporte; un uniforme escolar… El prejuicio de que la indumentaria influye en las agresiones sexuales cae por tierra ante esta muestra.

La pregunta ¿qué llevabas puesto? culpabiliza a la víctima porque lleva implícita la idea de ella es quien ha provocado la agresión, mientras descarga de responsabilidad al violador. La idea de esta exposición surgió entre los alumnos de la Universidad de Kansas, que pensaron cuál sería la forma más elocuente de demostrar que el comportamiento de las supervivientes de las agresiones sexuales no lleva implícito ningún tipo de culpa.

En la exposición, junto a la ropa que vestía la víctima en el momento de la agresión se puede leer un pequeño relato contado por ella misma. “Dejé de ir un par de días al trabajo después de lo que ocurrió. Cuando se lo conté a mi jefa, me preguntó qué ropa llevaba puesta. Le contesté, ‘una camiseta y unos vaqueros, imbécil. ¿Qué te pones tú para ir a un partido de baloncesto?’ Salí de allí y nunca regresé”. Esta es una de las historias contada por una superviviente. Otra mujer, que fue violada de niña, recuerda: “Llevaba puesto un vestido de verano de rayas rojas. Meses más tarde, mi madre se quedó mirando mi armario y se quejó porque no me había vuelto a poner ese vestido. Yo tenía seis años”.

El sindicato de estudiantes del Centro de Educación y Prevención de Ataques Sexuales de la Universidad de Kansas organizó en 2013 la primera instalación en la que se mostraba la ropa que vestían 18 víctimas de violaciones. Ahora, un modesto centro cultural de un barrio pobre de Bruselas ha reproducido esta idea y el éxito está siendo enorme. Más de 200 organizaciones de todo el mundo han pedido a la Universidad de Kansas recibir el kit básico para poder montar la instalación.

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