En las últimas semanas se ha denunciado una nueva forma de sumisión química mediante pinchazos. Barcelona, Lloret de Mar (Girona) o los Sanfermines en Pamplona son algunas de las zonas donde se han recibido denuncias por esta nueva forma de sumisión química. No es un tema nuevo, pero recientemente han saltado las alarmas debido a las denuncias de esta nueva modalidad.
En un artículo reciente del Observatorio de Violencia, explicamos los distintos formatos en que puede darse la sumisión química, proactiva o oportunista. En los casos recientes de chicas que han recibido pinchazos en lugares de ocio en los últimos días, estaríamos hablando de sumisión química proactiva. En ese artículo, además, hicimos eco de las denuncias de juristas expertas en violencia sexual en relación con la impunidad de este tipo de delitos.
Los datos con los que contamos sobre sumisión química son alarmantes. La ministra de Justicia, Pilar Llop, presentó el pasado 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, los resultados del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) en referencia a la violencia sexual y la sumisión química. En esta presentación señaló que, de las 3.001 agresiones sexuales constatadas por el INTCF el año pasado, en 994 se practicaron análisis ante la sospecha de que pudieran haberse cometido bajo sumisión química: el resultado dio positivo en el 72% de los casos.
Consejos sobre cómo actuar en el caso de haber sufrido sumisión química
Los síntomas van a depender de cuál es la sustancia inyectada, de la cantidad aplicada y de cómo reacciona cada persona. No obstante, los más frecuentes son mareos, confusión, visión borrosa, pérdida de la capacidad de habla, así como una profunda sensación de cansancio y adormecimiento de las extremidades.
En el caso de sentir un pinchazo en alguna de las extremidades o algunos de los síntomas anteriormente citados, es importante avisar a una persona de confianza o a alguna persona de autoridad del lugar en el que nos encontremos para que no se separe de nuestro lado y nos pueda ayudar.
Inmediatamente después, hay que acudir a los servicios sanitarios para que realicen un análisis con la mayor brevedad posible, antes de que la sustancia desaparezca del cuerpo, y que pueda presentarse como prueba.
Igualmente, se debe llamar a la Policía, ya sea la propia víctima, la persona que le acompañe o un testigo quien lo haga, para ponerlo en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que acudirán al lugar de los hechos (aunque la víctima no esté presente porque se encuentre en los servicios de salud) para averiguar las circunstancias de la agresión y ver si han quedado algunos indicios, como la jeringuilla o instrumento con que hicieron el pinchazo. Posteriormente, la víctima puede decidir presentar denuncia si así lo desea.
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