Campaña 25N ‘La violencia machista en el ámbito rural, un drama silenciado’

Por Ruth Prada Yáñez – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia

Las mujeres que viven en el entorno rural sufren la violencia machista de forma más intensa que las que se encuentran en las ciudades. Por una parte, estas mujeres tienen menos acceso a la información y formación sobre género y, por tanto, les cuesta más percibirse como víctimas y detectar los distintos niveles de violencia a los que son sometidas. Por otro lado, estas mujeres tienen más dificultades para acceder a los recursos disponibles debido a su aislamiento geográfico. Todo ello se traduce en un mayor número de mujeres maltratadas en el ámbito rural: en concreto en 2017, el número de víctimas ha sido cuatro veces superior al registrado en entornos urbanos.

En los entornos rurales, con una cultura de acusado sexismo, los patrones de conducta machista se han perpetuado y muchas mujeres sufren agresiones físicas, psicológicas o situaciones de control económico que las limitan para actuar contra sus agresores. Además, se percibe a la familia como el bien supremo a preservar por lo que se sienten más presionadas por el entorno y con miedo a la hora de denunciar. En esos entornos en los que todo el mundo se conoce, el control al que se ven sometidas las víctimas constituye una fuente añadida de problemas para ellas. Es fácil que las mujeres se avergüencen de su situación, se sientan responsables y traten de ocultar su drama a vecinos y familiares.

Cuando las mujeres llegan a ser conscientes de su situación de maltrato y deciden dar el paso, su problema no termina con la denuncia. La distancia geográfica de los pueblos con juzgados las obliga a unos desplazamientos que en ocasiones no pueden afrontar, bien por falta de un vehículo propio o de medios de transporte a su alcance, o porque no pueden dejar solos a sus hijos y ausentarse sin saber en qué momento podrán regresar. Además, es más difícil que se pongan en práctica medidas judiciales como las órdenes de alejamiento.

El 59% de las víctimas mortales.

La Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, AMFAR, ha señalado que si tomamos en cuenta que en las zonas rurales vive el 20% de la población española, la incidencia de la violencia es hasta cuatro veces superior a la que se registra en el ámbito urbano. 2017 ha obtenido la peor cifra de víctimas mortales de violencia de género en el ámbito rural, ya que en torno al 60% del total residían en municipios del área rural.

La portavoz socialista de Igualdad en el Congreso de los Diputados, Ángeles Álvarez, ha abogado por conseguir que la aplicación del Pacto de Estado contra la Violencia Machista «llegue en toda su extensión al medio rural». Según argumentó durante una intervención en el debate titulado ‘Pacto Político, Social e Institucional contra la Violencia hacia las Mujeres’, la dotación de agentes capacitados para actuar en casos de violencia machista debe extenderse a todos los cuarteles y no sólo a las comandancias, como se recoge en el acuerdo, con el fin de hacer llegar sus efectos a un medio rural especialmente necesitado de ellos.

El pasado mes de septiembre, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó el Pacto de Estado contra la Violencia Machista que contempla 213 medias para erradicar el maltrato. En ese momento se dio un plazo de dos meses al Gobierno para su puesta en marcha, un plazo que ha transcurrido sin que se sepa cómo se llevarán a cabo estas medidas para acabar con la violencia machista.

Artículo realizado en el marco del proyecto «Comprometid@s por la Igualdad» financiado por El Ayuntamiento de Madrid.

 

 

 

 

 

 

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