Este artículo forma parte de la Campaña realizada en torno al día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, con la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “la ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible”. Sin embargo, en el núcleo del mundo de la “investigación científica” solamente el 28% está representado por mujeres.
No obstante, aunque en ciertas áreas de la Ciencia sí que se ha logrado equilibrar la presencia de mujeres y hombres -por ejemplo, en Química, Medicina, Biología o Enfermería- nos corresponde afrontar la falta de vocación de las mujeres en las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), y que según la UNESCO “es preocupante”.
I. La situación en España:
Según datos del Ministerio de Ciencia e Innovación, desde el 2009 la presencia de mujeres en la Ciencia lleva estancada por debajo del 40%. Y aunque la presencia de mujeres investigadoras mejora algo en la administración pública y en las universidades, sigue siendo escasa en las empresas, claramente menor en el sector privado -donde según datos arrojados por el mismo Ministerio, para el 2016, esta cifra no pasaba del 31%.; y puede variar según sectores, por ejemplo, hay mayor presencia de mujeres en empresas de la biotecnología.
Recordemos que el impulso de la igualdad de género en el sistema de Ciencia e Innovación, es un principio básico. Ha de lograr una igualdad real y efectiva en todos los ámbitos de la ciencia, la innovación y la investigación. Sin embargo, según datos disponibles a nivel general, afrontamos una desigualdad de las mujeres respecto a los hombres en muchas dimensiones y, específicamente, en áreas de la ciencia e innovación; lo que nos permite reconocer que la ciencia española todavía no disfruta de una plena igualdad en la participación de mujeres y hombres en el sistema de I+D+i.
Frente a estos hechos, bastante relevantes en materia de brecha de género, queremos discurrir por las cifras que se proyectan en educación, en el Sistema Universitario Español (SUE), sobre el acceso de la mujer en las diferentes carreras de Ciencia y Tecnología, que será nuestro punto de partida.
El informe “Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2019-2020” del Ministerio de Universidades, nos muestra de manera global que 1.595.039 estudiantes conforman el sistema universitario español en sus diferentes niveles y que, de dicho total, el 59% son mujeres.
Ahora bien, si nos adentramos en los datos específicos del SUE por ramas del conocimiento, los primeros puestos y en cuanto a matriculación femenina, lo ocupan las Ciencias de la Salud (70,3%), las Artes y Humanidades (61,6%) y las Ciencias Sociales y Jurídicas (59,8%); pero, nos encontramos con un serio problema cuando nos fijamos en las carreras consideradas “más técnicas”.
En este sentido, según la publicación del Colegio de Ingenieros Técnicos, refiriéndose a la presencia femenina en los estudios STEM en España, en las carreras del área de ciencias se refleja un 59% de mujeres, porcentaje nada insignificante; pero, en Ingeniería y Arquitectura, reduce su presencia hasta el 24,8%, es decir, un 34,2 puntos por debajo de la media nacional. Una tendencia que se mantiene a la baja durante los últimos años.
Sin embargo, tal como se afirma en una publicación de Red 2030, esas cifras enmascaran la realidad. Hay carreras universitarias como la ingeniería biomédica o la bioingeniería donde ahora encontramos una igualdad casi total entre hombres y mujeres, pero no se puede desconocer que “en el otro extremo están algunas ingenierías, como la informática o la electrotécnica, en las que la presencia femenina está a punto de pasar a un dígito”. Así lo ha reconocido Sara Gómez Martín, Directora general de Universidades de la Comunidad de Madrid.
II. El Origen de la brecha de género en la educación:
Es un hecho, que las carreras técnicas de Ingeniería o Arquitectura han sido estudiadas tradicionalmente en gran parte por los chicos, estando las chicas en una clara minoría en esas carreras. ¿Cuál es el motivo?
Según un estudio publicado en la revista científica Science, a partir de los seis años las niñas empiezan a pensar que los niños son más capaces que ellas. «Con esa tendencia, cuando llegan a la etapa de la adolescencia y tienen que tomar decisiones sobre qué quieren estudiar, confían en sí mismas menos que sus compañeros varones».
De igual manera, en otro estudio realizado por la OECD (The ABC of Gender Equality in Education), se concluyó que la menor presencia de chicas en carreras técnicas, podrían estar en parte justificadas por la falta de confianza en sí mismas a la hora de reconocer sus propias habilidades en matemáticas y/o tecnología y, una mayor preferencia por carreras con mayor orientación social, ligado a una combinación de estereotipos y expectativas sociales, junto a la falta de referentes científicos en las que verse reflejadas. Lo que da a pensar, que el principal motivo de esta situación ha sido de carácter cultural.
III. El gran desafío de las vocaciones STEM:
Sabido es que el progreso económico y social del futuro, pasa por la transformación tecnológica en todos los ámbitos, y el mercado está demandando cada vez más personas con perfiles STEM. Despertar la motivación e interés por las asignaturas de estas carreras en las jóvenes (que sería el 59%, más de la mitad del total), se convierte en un gran desafío.
Sobre este reto se refiere otro estudio, elaborado para DigitalES, donde se reconoce que además de grandes esfuerzos para generar una visión diferente de estas carreras, la tarea demanda una mayor visibilidad de todo lo que las STEM pueden aportar a la sociedad y a su sostenibilidad. Quiere decir que otro enfoque sobre estas carreras podría elevar el interés femenino, más cuando los estudios han demostrado que en las chicas, la preferencia por las carreras de orientación social aún se resiste.
Aunque este último estudio, tuvo como objetivo entender las razones que justifican el descenso en las vocaciones STEM, también ofrece una luz de esperanza al referirse a algunas titulaciones que han salido en los últimos años orientadas a materias STEM o combinándolas con otras; lo que denota, de cara al futuro, un cambio de tendencia.
IV. Conclusiones:
La mayoría de los estudios a los que nos hemos referido dejan al descubierto un hecho relevante que explica la brecha de género en la educación y que subsiste en el SUE, con una clara repercusión al futuro laboral: los estereotipos asociados a algunas carreras y los prejuicios. Sin duda, son una causa importante.
Se insiste en la educación en igualdad. Hasta el momento esta sigue siendo una buena alternativa y bastón principal, aunque indiscutiblemente deba ir acompañada de una mejor orientación profesional y conocimiento.
En una sociedad donde cada vez avanza más digitalizada y donde los sectores más demandados están relacionados con la tecnología, estaremos de acuerdo en que el coste de no lograr la igualdad sería muy caro para todas y todos. Necesitamos el talento humano sin importar su género.
Para más información, consulte los siguientes enlaces:
- Observatorio de Violencia: #11F Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Red 2030, “La Ingeniería tiene nombre de mujer”.- Ministerio de Universidades, “Datos y Cifras del Sistema Universitario Español, 2019-2020”.
- DigitalES
- Mujeres en estudios STEM en España
- Understandint persistent gender gaps in STEM