Por Pia Yoon – Voluntaria de Fundación Mujeres
¿Qué es la violencia física?
Según la Organización Mundial de la Salud, la definición de la violencia contra las mujeres es: «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada.»
Encontramos violencia física tanto en el ámbito público como en el ámbito privado. Y tiende a ser la manifestación de violencia de género más usada, obvia y visible.
Este tipo de violencia al que nos referimos supone una amenaza para la integridad de las mujeres, así como para su dignidad. Asimismo, este acto sobre la mujer no solo ocasiona daños físicos, sino que también genera agravio social, emocional y psicológico. Esto se debe a que los tipos de violencia no se suelen dar de manera aislada, sino que suelen ir acompañados entre sí. Por ejemplo, como hemos dicho, en muchos casos, la violencia física va acompañada de la psicológica.
La violencia física contra las mujeres es un gran problema y una violación directa contra sus derechos, enraizado en la desigualdad entre mujeres y hombres en la sociedad. La magnitud completa es difícil de cuantificar debido a varios factores, como el estigma y la falta de información o informes. Sin embargo, muchas fuentes estiman que mundialmente, una de cada tres (30%) mujeres han sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de sus vidas. En España, un 24% de las mujeres de 16 años o más han revelado la violencia física y/o sexual a lo largo de su vida.
¿Cuáles son las consecuencias para la salud?
La violencia física contra las mujeres puede tener grandes impactos negativos, en una variedad de maneras, a corto y largo plazo. Estos impactos producen daños y lesiones físicas. Se pueden dar en diversos formatos: golpes, empujones, tirarle objetos, lesiones, quemaduras, intento de asesinato, etc. Pero a pesar de ser una violencia caracterizada por las consecuencias visibles, también se da en un formato que no se percibe. Por ejemplo, una simple bofetada o un tirón de pelo no deja marca física, pero sí forma parte del modus operandi. Las consecuencias psicológicas, emocionales, y reproductivas, también pueden acompañar a esa larga lista de daños físicos ejercidos sobre las mujeres. Además, puede haber consecuencias con el bienestar de sus familias y sus hijos. Un análisis realizado en España demostró que el 46.6% de las mujeres que han sufrido la violencia física también han sufrido lesiones como consecuencia, y el 70% dicen que ha tenido una consecuencia psicológica.
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Esta actividad forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el marco del «Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.