Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y los 16 días de activismo de ONU Mujeres, en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL” y el proyecto DANA+, financiado por el Fondo Social Europeo – Programa Operativo de Inclusión Social y Economía que se desarrolla entre 2019 y 2023.
Los medios de comunicación cada vez se hacen más eco de la violencia de género, con ello la sensibilización y visibilización del problema a nivel social va en aumento. Las medidas judiciales, aún con mucho camino por recorrer, van ajustándose y dando respuestas efectivas a la problemática. Sin embargo, el índice de crecimiento de las soluciones es lento, pues seguimos encontrándonos con datos alarmantes sobre mujeres asesinadas por violencia de género. En lo que llevamos de año 42 mujeres, de manera oficial, han sido asesinadas por sus parejas o exparejas.
Aún con toda esa concienciación , siguen sin conocerse todas las ramificaciones existentes en la violencia de género. Una de estas son los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género. Poco se habla de las consecuencias que tiene para estos menores haber vivido en un ambiente de violencia, siendo testigos de la violencia ejercida hacia su madre, incluso en ocasiones del asesinato. De esta manera se entiende que son víctimas de una violencia vicaria, además de sufrir un doble estigma tras el asesinato de su madre.
Realmente, ¿Cómo ayudar a las huérfanas y huérfanos de la violencia de género?. Para responder a esta pregunta se ha hecho uso del resumen ejecutivo del IV Informe anual del Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto. En él se establece como medida urgente dejar de considerar a estos menores como víctimas indirectas, y entender que se trata de víctimas directas. El cambio de concepto, de manera legal, se logró a través del Estatuto de la víctima y Leyes de modificación del sistema de protección de la infancia y adolescencia en el 2015. Sin embargo, socialmente nos seguimos olvidando de la existencia de esta ramificación de la violencia de género y de esta manera aumentamos el estigma asociado a los huérfanos y huérfanas de violencia de género, y perpetuamos su situación de desamparo y olvido.
Además de la consideración como víctimas directas en el ámbito jurídico, se ha logrado una mejora en las condiciones de estos menores. Como remarca el IV Informe anual del Fondo de Becas, el hito más importante se obtiene a partir de la entrada en vigor de la Ley 3/2019, de 1 de marzo de mejora de la situación de orfandad de las hijas e hijos de víctimas de violencia de género y otras formas de violencia contra la mujer. Con esta Ley se logra la reparación del daño a las huérfanas y huérfanos de la violencia de género mediante la prestación de orfandad, y se logra la obtención de una mayor estabilidad socioeconómica e igualdad de oportunidades.
Encontramos también otras medidas para dar respuesta y solución a la problemática existente. Por ejemplo, la Indemnización estatal a víctimas de delitos violentos -Ley 35/95-, que protege a los hijos e hijas de las mujeres asesinadas por sus parejas en el supuesto en el que el agresor no acate su responsabilidad civil establecida mediante sentencia- o las medidas realizadas por varias Comunidades Autónomas.
Estas medidas se han centrado en establecer unas bases reguladoras de ayudas para las hijas e hijos de víctimas mortales por violencia de género, algunas de estas medidas son:
- El Decreto 19/2020 de 26 de febrero del Gobierno de Aragón.
- La Resolución de 1 de octubre de 2019 del Principado de Asturias.
- El Decreto 13/2020 por el que se modifica el Decreto 44/2019, de 21 de mayo de Castilla de la Mancha.
- El Decreto 15/2018de 31 de mayo en la CCAA de Castilla y León.
- La Resolución de 21 de noviembre de 2019 de Galicia.
- El Decreto 67/2019 de 23 de agosto de las Islas Baleares.
- Proyecto de Ley de segunda modificación de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombre en el País Vasco.
Desde Fundación Mujeres, se ha querido contribuir a esta causa debido a que se entiende la situación que rodea a los hijos y las hijas de mujeres asesinadas por su pareja. Por ello y junto con la Familia de Soledad Cazorla Prieto, se creo en el 2016 el Fondo de Becas Soledad Cazorla con el objetivo de dar respuesta y otorgar protección y ayuda a los niños y niñas huérfanas de la violencia de género. Hasta el día de hoy existen un total de 87 becas concedidas.
Como podemos ver, existen avances en respuestas y medidas judiciales y legislativas para los huérfanos y huérfanas de la violencia de género, sin embargo aún son muchas la necesidades y la situación de desamparo que rodea a estos menores, sobre todo en relación a la visibilidad social.
Hay que entender y comprender que la violencia de género no solo afecta a la mujer, sino que también afecta a sus hijos e hijas, quienes viven en una familia desestructurada en la que predomina la violencia; y por ello, es importante buscar estrategias que permitan que su vida no sea más complicada y que no se siga reproduciendo el doble estigma que les rodea, y actuar en pro de la erradicación de la violencia de género en todos los ámbitos.
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