En el marco de la campaña del #28S, Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, Fundación Mujeres ha querido darle voz a las mujeres y a sus experiencias y narrativas. Es por ello, que a continuación se expondrán las experiencias vividas por tres mujeres jóvenes que han querido participar en esta campaña brindando sus testimonios. Los relatos de las mujeres se expondrán de forma anónima, con el objetivo de preservar su intimidad.
Lejos de pautar preguntas, Olga, Patricia y Esther (nombres ficticios) han volcado con toda sinceridad sus primeros pensamientos y vivencias sobre sus procesos de aborto. De esta manera, Patricia señala «mi primera experiencia supongo que como la de la mayoría, fue muy dura psicológicamente.» Todas hacen referencia a lo difícil que fue para ellas someterse a un proceso como este. En este sentido, Esther añade: «lo pasé muy mal durante un año, eso me afectó psicológicamente, pero no busqué ayuda porque sólo lo sabíamos él y yo.»
En cuanto a la información recibida, Patricia y Olga hacen hincapié en que sí se les informó antes del tratamiento. Sin embargo, Esther señala en la entrevista que durante el proceso de la intervención no fue debidamente informada, y que en algunos momentos estaba asustada porque no sabía si lo que le estaba sucediendo a su cuerpo, era normal.
Olga y Esther se tuvieron que enfrentar a este proceso solas. Olga lo recuerda así: «mi experiencia en los dos abortos, (…) lo viví sola, con muchísima angustia, con miedo y nervios. No tuve apoyo generalmente, ni de mi pareja.» En este mismo sentido, la Esther de 18 años también se sometió a un proceso de interrupción voluntario del embarazo sin apoyos; en su caso, únicamente lo sabía su pareja de aquel entonces, que lejos de apoyarla, relata como la presionó para abortar:
«cuando me enteré de que estaba embarazada se lo comenté al susodicho, y su respuesta fue que si le quería tenía que abortar, que él no estaba preparado para ser padre; yo sí quería serlo (…) Nadie de mi familia ni de mis amigos se enteró del aborto. Lo hice sola y en silencio.»
Pese a tener experiencias familiares diferentes, las tres señalan no haberse sentido acompañadas y arropadas por el personal médico. Olga lo expresa así: «No recibí ayuda, nadie me la ofreció, pero pienso que la he necesitado y la necesito a día de hoy», a lo que añade: «el trato personal es muy variado, las enfermeras todas bien, pero el médico que hacía la ecografía fue muy desagradable, muy frío, y 0 empatía.»
Patricia en su caso, sí tuvo apoyo de su familia, pero «por parte médica ninguno.» Refiriéndose a la intervención, relata: «el trato con el personal en el momento del aborto, malísimo. Fui a las dos de la mañana por urgencias y el ginecólogo me gritó por haberle despertado (…). No es normal que a una persona que ya lo está pasando mal por tener un aborto, encima le griten y la humillen.»
Las tres entrevistadas refieren que, a mayores de ser un proceso complicado para ellas a nivel psicológico, ya que además eran jóvenes cuando se sometieron a este; tuvieron que lidiar con el trato recibido por parte del personal médico, que lejos de acompañarlas durante todo el proceso, las hizo sentirse más culpables.
A parte de sus propias experiencias, también reflexionan sobre la situación del aborto en la sociedad. Olga dice que «la población no está concienciada en lo que implica el aborto ni en por qué realmente muchas mujeres lo llegamos a hacer voluntariamente. Falta muchísima conciencia para que no te miren mal ni te señalen.» Por el contrario, Patricia señala que «la población sí está concienciada pero sólo se habla cuando a alguien conocido le pasa. Si no, no existe.»
Pese a que las experiencias de estas mujeres y sus estrategias de afrontamiento han sido muy diferentes, hay cuestiones que se repiten en sus discursos. La necesidad de mejorar los servicios de atención a las mujeres, la falta de concienciación de la población o la dureza del proceso a nivel psicológico, siguen siendo cuestiones que afectan negativamente a las mujeres que tienen que pasar por procesos de interrupción voluntaria del embarazo. Sobre esta cuestión, Olga anima «a todo el mundo a no juzgar a esas mujeres que lo hacen voluntariamente, porque si lo pierdes natural todos te ayudan, pero si es voluntario, todos te señalan.»
Desde la campaña #28S, queremos reivindicar la importancia de escuchar los discursos de las mujeres con el objetivo de seguir avanzando y mejorando en lo que al Aborto Legal, Seguro y Accesible se refiere.
Esta actividad forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.