El pasado 3 de septiembre dio comienzo la ‘Grenelle de la violencia doméstica‘ en Francia, un debate nacional de tres meses de duración.
En el marco del lanzamiento de esta «gran causa», el primer ministro francés, Edouard Philippe, presentó un paquete de medidas de urgencia para luchar contra la violencia machista. Estas medidas están teniendo una fuerte crítica social, especialmente por asociaciones feministas que no lo consideran suficiente. Algunas de ellas son la creación 1.000 nuevas plazas de alojamiento a partir de 2020 destinadas a la seguridad de las víctimas que no dispongan de recursos para cambiar de vivienda, con la destinación de cinco millones de euros; o el permiso de jueces y juezas para imponer a los agresores un brazalete con geolocalización por GPS para evitar que se acerquen a su víctima sin necesidad de que haya una condena previa.
La Grenelle ha sido iniciada por la Secretaria de Estado para la igualdad entre mujeres y hombres, Marlene Schiappa. Hasta el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el próximo 25 de noviembre, se celebrarán diversas reuniones por todo el país en las que participarán las y los Ministros de Justicia, Asuntos de Interior, Educación y Secretarios de Estado de Vivienda y Protección Infantil.
No obstante, algunas asociaciones y activistas alegan que sienten rechazo en este proceso y preocupación por que no se adopten las medidas que se necesitan de forma urgente, tales como el Colectivo Nacional por los Derechos de la Mujer, Osez Le Féminisme, Abandon de famille o Élues contre les violences faites aux femmes; o el activista, médico, profesor y ex-miembro del Consejo General para la Igualdad (HCE) Gilles Lazimi. Una de las reivindicaciones que se están realizando versa sobre la dotación presupuestaria que se destine a combatir la violencia machista, para lo cual toman como referencia a España.
La Fundación de Mujeres invitada a la Grenelle recuerda sus recomendaciones con su Plan Marshall, advirtiendo que «Las asociaciones son abiertas y confían en el enfoque de Grenelle, pero serán exigentes en cuanto al resultado. Estos son cambios profundos que las mujeres necesitan ». El propósito que mantienen es presionar al gobierno para que se den los medios políticos que sean necesarios.
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