Un proyecto del Gobierno Vasco que apuesta por frenar el temor y la desconfianza de las víctimas de violencia de género o de delitos sexuales en los Juzgados.
En Bilbao, recientemente se ha estrenado el programa ZUREKIN, que consiste en hacer un acompañamiento a las víctimas de violencia de género en las diferentes etapas procesales, para así evitar el estrés y la ansiedad que produce tener que enfrentar una instancia judicial que desconocen, y la revictimización a la que muchas veces son sometidas. Fundación Mujeres ha incluido esta iniciativa como una buena práctica contra la violencia de género, por considerarla una herramienta eficaz para la orientación e información de las mujeres ante las instancias judiciales que tengan que enfrentar.
La Consejera del Departamento de Trabajo y Justicia del Gobierno Vasco, María Jesús San José, hizo la presentación como un programa piloto de “acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia de género”, que acaba de iniciar su actividad en los juzgados de Bilbao. “La puesta en marcha del servicio viene a fortalecer aún más la atención y el apoyo que desde la Administración de Justicia ofrecemos a las mujeres víctimas de violencia género”, señalaba San José en la presentación.
El nuevo servicio entró en funcionamiento el pasado 1 de octubre, y aunque es pronto para evaluar los resultados, es promisorio. Es prestado por un equipo del Instituto de Reintegración Social de Euskadi (IRSE-EBI), compuesto por cinco personas, profesionales de las áreas de psicología, trabajo y educación social e infantil, encargadas de minimizar al máximo el nivel de estrés que sufre la víctima, reconducir su situación adversa y garantizar que su relación con las instancias públicas y judiciales sea lo más óptima posible.
La Consejera de Trabajo y Justicia destacaba que el programa de acompañamiento también contempla, en su caso, la atención de los hijos e hijas mientras que su madre, padre o responsable realiza las gestiones pertinentes en la sede judicial. Además, contempla que cuando los y las menores sean protagonistas del proceso judicial, se realice un análisis psicológico que sirva de apoyo a la exploración de los equipos pertinentes en sede judicial (equipos psicosociales y unidades de valoración forense).
Si esta iniciativa del País Vasco cumple con las expectativas que ya está generando su implementación, y con relación a la no revictimización o victimización secundaria, será un terreno ganado para combatir los daños que la víctima puede sufrir después de denunciar su situación, ya sea por parte del Estado, de la Justicia, de los Cuerpos de Seguridad y demás instancias gubernamentales, evitando o reduciendo las consecuencias que la «revictimización» conllevaría, relacionadas con la sensación de indefensión, el miedo a sentirse juzgada socialmente, y en general, el deterioro psicológico.
La evaluación de resultados de este programa piloto se hará en el 2020, y hasta entonces esperaremos para clamar por que se incluya, en las demás políticas públicas del Estado para todas las Comunidades Autónomas. Suena un proyecto ambicioso, aunque no podamos establecer aún su eficacia.
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