Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se va a llevar a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y los 16 días de activismo de ONU Mujeres, en el marco del proyecto «Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato«, gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”
Por Aline Fabre de Oliveira – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
La Mutilación Genital Femenina (MGF) es una de las prácticas de violencia más radicales hacia la mujer y constituye una violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. Naciones Unidas afirma que la MGF limitan «las oportunidades para que las niñas y las mujeres ejerzan sus derechos y su pleno potencial en materia de salud, educación e ingresos«.
Según la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, la MGF «abarca todos los procedimientos que conllevan una ablación parcial o total de los genitales femeninos externos u otra lesión causada a los mismos por motivos no médicos. […] Consiste en extirpar y dañar tejido genital femenino sano y normal, y de esa manera interferir en el funcionamiento natural del cuerpo de la niña o la mujer».
Son 200 millones el total de mujeres y niñas en el mundo que han sido sometidas a esta violencia. La práctica se concentra principalmente en 29 países de África y de Oriente Medio, pero también se ejerce entre poblaciones emigrantes que viven en otras partes del mundo.
TRADICIÓN
A cada año, casi 3 millones de niñas son sometidas a la ablación por razones religiosas o culturales. La MGF es utilizada como parte simbólica de una ceremonia de iniciación: una prueba física que confirma la participación de la niña en el rito de paso a la edad adulta, asegurando que ella ha recibido las enseñanzas necesarias para ser digna de pertenecer a la comunidad. Por la condición cultural ancestral, muchas de las mutilaciones son ejecutadas por las propias madres, abuelas y ancianas del poblado.
La MGF es defendida por estas comunidades como necesaria para preservar la identidad étnica, proteger la feminidad, la pureza y la virginidad, garantizar el «honor de la familia», asegurar el matrimonio y mantener una higiene saludable, siendo un componente crucial del proceso de socialización y pertenencia a la comunidad.
Hay niñas y adolescentes conscientes de las consecuencias negativas de esta práctica y que logran huir antes de ser mutiladas, pero terminan por estar a su propia cuenta en el mundo, ya que escaparse requiere cortar la relación con su familia y su comunidad, y no pueden volver a casa. Las ONGs las acogen y ayudan a que sean capaces de terminar sus estudios. En 2018, el periódico El País divulgó la historia de 4 jóvenes y adolecentes que lograron escaparse.
TIPOS Y CONSECUENCIAS
La Organización Mundial de la Salud clasifica la MGF en cuatro tipos, de acuerdo con su severidad:
- I: Resección parcial o total del clítoris y/o del prepucio (clitoridectomía).
- II: Resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores (escisión).
- III: Estrechamiento de la abertura vaginal con la creación de un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores y/o mayores, con o sin escisión del clítoris (infibulación).
- IV: Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales femeninos con fines no médicos, tales como la punción, perforación, incisión, raspado o cauterización.
Con motivo del 6 de febrero (Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina), Naciones Unidas divulgó el siguiente vídeo en 2018 hablando de los riesgos de la MGF y las consecuencias a corto y largo plazo para las mujeres, cuyos daños son muchos: físicos (salud), psicológicos y sexuales.
ESPAÑA
En España viven casi 70.000 mujeres originarias de países donde se practica la MGF, pero hay una falta de datos y estudios estadísticos acerca de este tema. El último informe de investigación divulgado por la Delegación del Gobierno fue en 2015 y tampoco contiene números exactos de los casos en España.
La MGF acá está tipificada como delito de lesiones desde 2003 en el Código Penal de 1995 (Ley Orgánica 10/1995, art. 149). La Red europea End FGM (formada por decenas de organizaciones de la sociedad civil) ha divulgado en su reporte anual de 2018 que en España viven 15.907 supervivientes de la MGF.
En 2015 el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España divulgó el Protocolo común para la actuación sanitaria ante la Mutilación Genital Femenina (MGF), un documento aprobado por el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Es el primer protocolo a nivel nacional que aborda la MGF desde el ámbito sanitario, funcionando como una herramienta de orientación para actuaciones homogéneas en el conjunto del Sistema Nacional de Salud, así como para trabajar la prevención y detección del riesgo de su práctica en niñas que están en una situación de especial vulnerabilidad.
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