En 2012 la Asamblea General de la ONU designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina, una jornada de concienciación para ampliar y dirigir los esfuerzos para su eliminación.
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos, por motivos no médicos, y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas. A partir de esa fecha, la Secretaría General de la ONU se ha venido pronunciado con relación a esa práctica, definiéndola y caracterizándola claramente: «La mutilación genital femenina es una violación abominable de los derechos humanos que afecta a mujeres y niñas en todo el mundo. Esta práctica supone una negación de la dignidad, pone en peligro su salud, causa dolor y sufrimientos innecesarios, y puede incluso provocar la muerte». Es por ello que en Naciones Unidas lucha por su erradicación plena para 2030, siguiendo el espíritu del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 5.
No cabe ninguna duda que la MGF es uno de los actos más inhumanos de violencia de género que se cometen en el mundo. Es una violación de las garantías fundamentales, en toda regla. Al menos 200 millones de niñas y mujeres han sufrido la mutilación de sus genitales, según las estadísticas, y organizaciones tan significativas para la defensa de los derechos, como la ONU-Mujeres, UNICEF y el Fondo de Población de la ONU, en el 2019 ya manifestaron y reafirmaron por otro año consecutivo, el compromiso de poner fin a estas violaciones, para proteger a las decenas de millones de niñas que todavía corren el riesgo de ser mutiladas, de aquí al 2030.
Cuáles podrían ser los motivos para la MGF:
La Fundación Kirira, ha venido investigando y trabajando en MGF, en cumplimiento de lo acordado en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, específicamente del objetivo número 5. Dando voz a esa tarea imparable, ha venido denunciando que esta es una tradición ancestral que se realiza a mujeres y niñas de más de 30 países de África, Oriente Medio y Asia, así como en algunas comunidades de América Latina. En la mayoría de las comunidades en las que ha trabajado Kirira, la MGF se realiza a niñas entre 11 y 15 años.
Ahora bien, con relación a los motivos que llevan a realizar esta práctica tan atroz, se advierte que es una manera de asegurar la fidelidad de la mujer al hombre, también supone el paso a la edad adulta de la niña, o de su preparación para el matrimonio. A lo anterior se añade que al realizar esta práctica a las niñas, la familia recibe una dote de parte de la familia del marido, por lo que hay también motivos económicos.
Cuáles son las consecuencias:
Es importante que el mundo entero conozca y tome conciencia de sus graves consecuencias. Se pueden precisar tres grandes secuelas, sin que sea un indicativo limitante.
- La muerte por infección, debido a las fatales condiciones en las que se practica.
- Terribles secuelas físicas y psicológicas para toda la vida.
- La analfabetización, puesto que tras la mutilación las niñas son casadas o abandonan la escuela.
No obstante, aunque la mutilación genital femenina se ha mantenido por más de mil años, también existen motivos para pensar que se puede acabar con esta en una sola generación. Por eso se continúa la sinergia de muchas organizaciones mundiales y nacionales, así como la coordinación de estamentos públicos, para dirigir todos esos esfuerzos e impulsar la sensibilización y su erradicación.
Para citar alguno, El Instituto de la Mujer celebra, en Castilla – La Mancha, una jornada de prevención y sensibilización, consistente en una mesa redonda con expertas de la Fundación Kirira y Médicos del Mundo, tras la cual se proyectará el documental ‘The Cut’. La jornada se cerrará con el relato de varias mujeres de la Fundación Kirira.
Al parecer, este proyecto regional cuenta con el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha contra la práctica de la MGF, articulándolo sobre tres pilares: el ‘Protocolo para la Prevención de la Mutilación Genital Femenina en Castilla-La Mancha’, la Ley regional para una Sociedad Libre de Violencia de Género, y las ayudas para entidades que trabajan en materia de sensibilización y formación. Sin duda, sería un ejemplo a seguir en muchas otras Comunidades Autónomas, dentro de las prioridades o planes de acción de la violencia de género que se propongan a ser aprobadas.
Sensibilizando y tomando conciencia sobre lo antinatural de esta práctica, también se visibiliza lo que ocurre y que, aunque sea normalizada en algunos países del mundo, en otros y para el resto de la humanidad. No obstante, las acciones para la erradicación de estas prácticas inhumanas y atroces requieren aún más compromiso y voluntad política, así como de la coordinación de las fuerzas no gubernamentales y de la sociedad civil. Se deberá continuar aunando esfuerzos para evitar que continúen negándose y desconociéndose estos derechos fundamentales de las mujeres, tan importantes como el de la dignidad, o la salud sexual y reproductiva.
¡Reivindiquemos estos derechos!
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