Este artículo forma parte de la campaña de activismo #30J de Fundación Mujeres con motivo de la conmemoración del Día Mundial contra la Trata de Personas.
El Día Mundial contra la Trata de Personas se celebra el 30 de julio, fecha decretada por Naciones Unidas en 2013, con el objetivo de concienciar a la población y los gobiernos sobre la problemática mundial que supone la trata de personas, así como de la necesidad de trabajar para erradicar esta explotación y de proteger y ayudar a las víctimas en su recuperación.
Según el Informe Global de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de 2020, hay alrededor de 48.000 víctimas repartidas alrededor de 135 países.
En 2018, por cada 10 víctimas detectadas a nivel mundial, cinco eran mujeres adultas y dos eran niñas. Alrededor de un tercio del total de víctimas detectadas eran menores, tanto niñas (19%) como niños (15%), porcentajes en aumento desde 2004, mientras que el 20% eran hombres adultos.
Como comentamos en la campaña del año pasado, hay varios factores de riesgo (económicos, sociales y culturales) que conllevan a diferentes formas de explotación: el 50% de las víctimas están destinadas a la explotación sexual, el 38% al trabajo forzoso y el 6% a la actividad criminal.
Campaña de 2021: foco en las víctimas
La campaña de la UNODC de 2021 centra su foco en las víctimas de la trata para destacar la importancia de escuchar sus voces y convertirlas en agentes clave de cambio para la lucha contra la trata. Sus experiencias pueden ser un recurso para crear acciones concretas: medidas de prevención y de asistencia. Además, han tenido experiencias traumáticas después del rescate, durante las entrevistas de identificación y los procedimientos judiciales. Algunas se han enfrentado a la revictimización y al castigo por los delitos que fueron obligadas a cometer por sus traficantes. Otras han sido objeto de estigmatización o han recibido un apoyo inadecuado.
Campaña Corazón Azul
Además, desde marzo de 2008 la UNODC lanzó la campaña «Corazón Azul« contra la trata de personas; un movimiento que busca crear conciencia respecto a este delito y su impacto en la sociedad y solidarizarse con las víctimas, luciendo para ello el «Corazón Azul». El Corazón Azul representa la tristeza de quienes son víctimas de la trata de personas y nos recuerda la insensibilidad de quienes compran y venden a otros seres humanos.
Como iniciativa global, «Corazón Azul» constituye un medio eficaz para demostrar los esfuerzos coordinados e integrados de los Estados Parte del Protocolo de Palermo contra la trata de personas;
El uso del color azul de las Naciones Unidas también demuestra el compromiso de la Organización con la lucha contra ese delito que atenta contra la dignidad humana.
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