Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.
¿Se debe felicitar un día donde se trata de visibilizar las violencias que se ejercen hacia la mujer, las desigualdades que se siguen perpetuando y la problemática estructural que conjura contra ellas? ¿Dónde cabe aquí la fiesta? ¿Dónde está la diversión?
El 8M no es un día de celebración. El 8M es un día en el que se conmemora y se recuerda la lucha de los derechos de las mujeres. Es un día donde se convocan movilizaciones alrededor de todo el mundo para exigir una verdadera igualdad de género y protestar en contra de todo tipo de discriminación hacia nosotras. En él reclamamos una vida digna, libre de violencias, en igualdad de condiciones laborales y académicas, con derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestra vida, y, además, con justicia para aquellas que ya han sido vulneradas o asesinadas, para quienes esta igualdad, ya llega tarde. Es un día donde millones de personas se unen en las calles bajo el mismo grito de igualdad. Un día más donde la lucha diaria que conlleva vivir desde una perspectiva feminista se hace en compañía de una forma explícita e indudablemente visible.
En el 8M también se convocan huelgas. Estas no se hacen con la idea de tener un día de vacaciones, sino de poder dedicarse a la lucha, dejando en evidencia su importancia dentro del sistema y que este, sin las mujeres, no podría ser. Los mensajes bonitos, las rosas y los regalos desvirtúan y minimizan la verdadera razón por la que este día existe.
“YO NO FELICITO A LAS MUJERES, FELICITO A LAS MUJERES TRABAJADORAS”
Este es uno de los argumentos estrella empleado, sobre todo, por quienes que se posicionan a favor de felicitar esta “fiesta”. Este supone otra muestra más del más atroz de los machismos, además de unirlo a puro clasismo. El sistema patriarcal, contra el que se creó esta fecha que nos ocupa, ha conseguido que la palabra mujer lleve intrínseco el concepto de cuidadora y/o encargada de las labores del hogar. Partiendo de esta base, bastante simple, ¿qué mujer no es trabajadora? No será porque no se haya nombrado pocas veces, pero es preciso pararse y pensar en aquellas mujeres dedicadas a labores no remuneradas como los cuidados o labores domésticas, cuyas jornadas se alargan más que aquellas que se consideran “laborales”. ¿Acaso no es esto trabajo?
¿QUÉ HACER EL 8M?
El 8M, Día Internacional de la Mujer, no es una celebración de la existencia de las mujeres, sino la conmemoración de la lucha de las mismas por la conquista de derechos en vistas a conseguir la igualdad plena. Por ello, aunque no haya una verdad universal para saber qué es lo que hay que hacer, alejarse de alagarnos y tratarnos de forma excepcional, es una buena opción, sobre todo teniendo en cuenta que el feminismo en sí busca la igualdad, como se acaba de mencionar, donde también entra la igualdad de trato.
Para saber qué hacer el 8M, es esencial hablar y opinar menos, y escuchar más, en caso de que haya dudas sobre cómo actuar en esta fecha. Una de las grandes aportaciones que se pueden hacer en este día es apoyar a las mujeres del entorno facilitándolas acudir a manifestaciones, actos o movilizaciones.
Hagamos del 8M un día de lucha, unámonos y conmemoremos este día, al igual que el resto, como merecemos: REIVINDICANDO.