Aborto en el contexto migrante 28S#AbortoAccesibleYSeguro

Según el informe Demografía del Aborto en España un porcentaje relevante de abortos voluntarios en España provienen de mujeres nacidas en el extranjero. Este colectivo se enfrenta a realidades múltiples cuando trata de acceder a un aborto, desde la estigmatización social, hasta negativas de acceso por parte del personal sanitario. Estas situaciones aumentan su vulnerabilidad, con una evidente negación del derecho a elegir la interrupción del embarazo de forma voluntaria.

Mujeres migrantes en España

En el 2022 las IVE (Interrupciones Voluntarias del Embarazo) por parte de mujeres migrantes representó el 35,2%. Las condiciones multifactoriales de la migración femenina, les coloca en riesgo de vulnerabilidad y dificulta el acceso a un aborto seguro. El carácter heterogéneo de estos colectivos, hace que su diversidad marque una diferencia no solo en cómo se dan los procesos de inserción social, sino en la forma en cómo el marco burocrático del nuevo país les afecta.

Dentro del estudio Demografía del Aborto en España se destaca que en España, las mujeres norteafricanas, abortan menos que las mujeres españolas, sin embargo, las migrantes iberoamericanas abortan más que los dos grupos anteriores. Dentro de la población de mujeres del continente americano, las mujeres con más abortos registrados son las centroamericanas. En lo que respecta a las mujeres norteamericanas, se muestra como el grupo con menor índice de abortos, según cifras del 2021.

Madrid es una de las CCAA con más barreras para acceder a un aborto, esto agrava la situación de las migrantes no «reguladas», ya que se da una relación de doble exclusión burocrática. Según efeminista en toda la comunidad madrileña hay más de un millón de migrantes, sin embargo, solo hay 7 unidades de tramitación para atender a toda esta población en crecimiento. Lo anterior impide solucionar su situación administrativa, poniendo en riesgo su derecho de acceder a una IVE a tiempo. Esta situación que se agrava, visibilizando que existe una gran cantidad de mujeres que no están empadronadas, dejándolas en una situación de desarraigo integral, que les dificulta aun más ser sujetos de derechos.

Aborto y mujeres migrantes

Los colectivos migrantes presentan barreras múltiples cuando se encuentran fuera de su país. Las migrantes en España, tienen diversidad de barreras para acceder a un aborto seguro; la dificultad más común es la situación administrativa en la que muchas de ellas se encuentran. Lo anterior presenta una dificultad latente, muchas de ellas buscan ayuda clandestina, por temor a asistir a un centro sanitario, y que esto pueda implicar una deportación, la respuesta más común, según el portal efeminista es «tú no tienes derecho». Dado esto, las únicas formas de acceder a un procedimiento es a través del boca a boca, llevando a algunas, a organizaciones como Médicos del Mundo, que han dedicado parte de su labor a ayudar a estas mujeres.

Según efeminista la interpretación arbitraria en de la RDL 7/2018, ha provocado la creación de barreras legales, administrativas y sociales que le dificultan a la migrante regular, irregular y solicitante de asilo acceder a este derecho. Esto aumenta el círculo de discriminación, ya que no solo afecta a las mujeres en situación irregular, sino a todo el colectivo de mujeres que vienen de terceros países. Estas situaciones de discriminación, aumentan la vulnerabilidad de las mujeres migrantes, las pone en situaciones limite, y en el caso del aborto, les resta tiempo, un factor que es vital cuando se habla de las IVE.

Posponer un aborto, no es opción

Isabel Silva, ginecóloga y vicepresidenta de la Sociedad Española de Contracepción, el aborto es un procedimiento que no se puede posponer, con el pasar de los días, la salud, y la situación psicológica de la mujer entra en riesgo. En este sentido, el apego del personal médico a los tiempos que dice la ley, se distancian de la realidad que rodea a las mujeres migrantes que necesitan acceder a este procedimiento.

Con el tiempo y la «burocracia» en contra, las opciones se reducen, y deciden por ejemplo, adquirir de forma clandestina pastillas abortivas y realizar el «procedimiento» en casa. En otros casos, la opción es conseguir el dinero para el pago en un clínica privada, un obstáculo más para las mujeres migrantes, debido muchas veces a la dificultad de acceder a un trabajo.

De estas dificultades se tendrán otras posibles consecuencias, a saber, problemas de salud por realizar el «procedimiento», ya que esto puede implicar adquirir una bacteria. Por otro lado, el consumo de pastillas que se consiguen de forma clandestina, pone en riesgo de consumir otro tipo de sustancia, sin la seguridad que estas sean para lo que fueron adquiridas. A su vez, el verse obligadas a realizar abortos no seguros, impide un seguimiento médico adecuado, lo que puede resultar en problemas de salud, que no se podrían atender en centros de salud.

La soledad, un problema adicional para las migrantes que buscan abortar.

La burocracia, la no atención en centros de salud, el riesgo de los abortos no seguros, entre otros, son algunos de los problemas que enfrentan las mujeres migrantes que buscan acceder a un aborto. Sumado a lo anterior, la soledad como problema intangible, al que se ven abocadas las mujeres al tocar puertas en busca de un aborto seguro, puertas que serán cerradas, o quizá jamás abiertas. La falta de redes de apoyo institucional, hunden a las mujeres en el miedo, en la culpa, y en un sentimiento general de soledad, que solo es mitigado cuando encuentran organizaciones que les apoyen en este proceso.

Detrás de todo esto, solo sigue quedando de forma manifiesta las barreras múltiples que impiden a las migrantes acceder a un aborto en todas sus formas. Los impedimentos burocráticos, y los imaginarios sociales frente al aborto quitan el derecho a decidir de las mujeres, dejando a merced de otras personas una decisión tan vital como lo es el de querer ser madre o no.