El pasado 19 de junio se conmemoraba el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, para el cual se realizó una campaña desde el presente Observatorio de Violencia.
Dicho Día Internacional se inició en 2015 por la ONU. En este 2020, desde Naciones Unidas presentaron en modalidad online el borrador del nuevo código de conducta para investigar la violencia sexual sexual en los conflictos armados: el Código Murad. La iniciativa parte del Instituto de Investigación Criminal Internacional (IICI), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña y Nadia Murad, activista iraquí que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2018 por su defensa de los derechos de las mujeres y su lucha contra la violencia sexual en los conflictos, tras haber sido secuestrada y convertida en esclava sexual junto con miles de mujeres de yazidíes, por el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) en 2014.
El código, que todavía se encuentra en fase de consulta y que se lanzará en 2021, es el resultado de un importante trabajo de investigación interdisciplinar y de multitud de encuestas entre las que se encuentran 166 supervivientes de todo el mundo, profesionales y otras personas relacionadas con la problemática. Está disponible en castellano, inglés, francés, árabe y suajili.
El objetivo de su presentación reside en la búsqueda y compromiso de prácticas seguras, éticas y eficaces, con las que se garanticen los derechos de las personas supervivientes a la violencia sexual en los conflictos armados, creando una comunidad que respete y defienda el cumplimiento del Derecho Internacional.
El Código se basa en 8 principios básicos que persiguen evitar la revictimización de las supervivientes derivada de las malas prácticas, y la justicia para las mismas. Estos principios, que deben respetarse por quienes investiguen estos crímenes y aplicarse en todos los contextos, son:
- Primero la persona superviviente que se ponga en el centro de la intervención.
- Dedicar tiempo, conseguir el espacio necesario para generar un entorno seguro y de respeto emocional y físico, priorizando en todo momento el bienestar de las personas implicadas.
- Comprender y conocer el contexto local, colaborando con agentes locales y minimizando la repercusión del trabajo que se realice, como puede ser la estigmatización de las víctimas.
- La preparación es fundamental para minimizar y mitigar los riesgos de producir impactos negativos y de vulnerar los derechos de las personas implicadas.
- Añadir valor o no actuar, contactando con las supervivientes solo cuando sea necesario.
- Sistemas, competencias y continuidad para asegurar un adecuado tratamiento, trato y apoyo a cada situación.
- Entrevistas respetuosas y seguras que partan del conocimiento y cumplimento de Código cuidando que no provoquen ningún daño, de inicio a fin.
- Integridad y responsabilidad, donde la transparencia, sinceridad y libertad estén presentes en quienes actúen en todo momento.
Para más información consulta los siguientes enlaces:
Diario Feminista
Thomson Reuters Foundation News
The Murad Code