El pasado 30 de junio se celebró el Webinario ‘Salud Integral’ del II Foro de debate ‘Mujeres frente a la pandemia’, centrado en «la protección de la salud de las mujeres, tanto física como mental, y, de modo particular, la salud sexual y reproductiva», como ya contamos en este artículo. Tras su celebración, se han publicado las conclusiones en la web de Mujeres Frente a la Pandemia, en un documento elaborado por el Instituto de Derechos Humanos Gregorio Peces-Barba de la Universidad Carlos III de Madrid.
Como se introduce en este documento, la brecha laboral y la pobreza son condicionantes sociales que influyen en la la salud. De este modo, la pandemia de la COVID-19 ha afectado la salud, además de un modo directo, también de un modo indirecto a través de sus consecuencias sobre el empleo y la situación económica. A continuación, reproducimos de forma resumida las conclusiones extraídas de la sesión:
- La salud es un derecho humano que debe garantizarse con perspectiva de género.
- La salud mental se ha visto desproporcionalmente afectada por la pandemia debido a la sobrecarga en el trabajo de cuidados y al repunte de la violencia de género. Además, las mujeres con problemas de salud mental han visto empeorada su situación y obstaculizado el acceso a la atención.
- Las afecciones de salud son distintas en niñas que en niños. Concretamente, se menciona la pobreza, haciendo hincapié en la pobreza menstrual; la salud mental, señalando que no se aplican técnicas diagnósticas diferenciadas; y los derechos sexuales y reproductivos, que se encuentran en juego ya que la sexualidad se construye desde la desigualdad y la erotización de la violencia y el dolor debido al creciente consumo de pornografía.
- Los sesgos de género y edad en la medicina han afectado a las mujeres con VIH, que han sido durante años perjudicadas por las políticas de prevención y diagnósticos no diferenciados.
- Las plantillas sanitarias están formadas en su mayoría por mujeres, que además han manteniendo su rol de cuidadoras en casa. El estrés, el miedo y la sobrecarga han afectado a la salud de las mujeres sanitarias.
- El género es un determinante social de la salud y debe ser incluido en las políticas de cuidado y protección de la salud. Además de las diferencias biológicas, también los roles estereotipados de género condicionan, por ejemplo, en tardar más en acudir a la atención sanitaria en caso de urgencia (por no dejar resueltas sus obligaciones de cuidado) o que encuentren dificultades para el autodiagnóstico de algunas enfermedades (los síntomas más conocidos coinciden con los que afectan a los hombres, no necesariamente a las mujeres).
A continuación, puedes ver el vídeo del Webinario ‘Salud Integral’:
Para más información, consulta los siguientes enlaces: