Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, a finales de febrero de este año, términos como “porno ucraniano”, “adolescente ucraniana” o “chica ucraniana” han comenzado a buscarse de forma masiva en Google y Pornhub, una de las mayores webs de pornografía del mundo.
Realizando una búsqueda en Google Trends, es posible observar cómo, a partir de las fechas de inicio del conflicto, han aumentado las búsquedas de los siguientes términos:
“Chica ucraniana”
Google Trends – Periodo: del 01/01/2022 al 10/03/2022
«Porno ucraniano»
Google Trends – Periodo: del 01/01/2022 al 10/03/2022
«Adolescente ucraniana»
Google Trends – Periodo: del 01/01/2022 al 10/03/2022
A pesar de que en las guerras aparecen los varones como los grandes protagonistas, los conflictos armados afectan en gran medida a mujeres y niñas. Según Amnistía Internacional, mujeres y niñas son utilizadas como “botín de guerra”, ya sea a través de violaciones como forma de tortura y estrategia de terror o convirtiéndolas en esclavas sexuales del otro bando.
En este caso, y como consecuencia del aumento del uso las nuevas tecnologías y del fácil acceso a contenidos pornográficos a través de ellas, la cosificación y la violencia hacia las mujeres durante este conflicto armado se está padeciendo a través de la pornografía.
Estudios recientes, como la investigación titulada Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales publicada en 2019, demuestran el impacto que tiene la pornografía en la construcción de los deseos sexuales. Si tenemos en cuenta que, como explica la experta Mónica Alario, los mensajes que trasmite la pornografía a los varones y que, por tanto, construyen el deseo sexual masculino son la erotización del dolor físico de las mujeres, de su falta de deseo, sufrimiento y humillación, así como de los abusos sexuales a menores y del consumo de prostitución; podemos concluir que la pornografía construye los deseos sexuales de los hombres basados en la violencia y el sufrimiento de las mujeres.
En conclusión, considerando que la pornografía erotiza la violencia sexual hacia las mujeres, observar cómo en un entorno de guerra (con consecuencias humanas y económicas devastadoras) ha aumentado el consumo de pornografía con búsquedas específicas de las mujeres que están sufriendo sus efectos es una realidad alarmante.
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