El Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla colabora en la redacción del apartado 5 del informe anual de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía.

El  Defensor del Pueblo Andaluz presenta el informe anual de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía para demandar un correcto acompañamiento a los huérfanos y huérfanas víctimas de violencia de género.  

Así pues, a pesar de ser las principales víctimas de la violencia de género, las mujeres no son las únicas que la sufren.  Los niños y niñas que conviven en el mismo hogar que un maltratador también son víctimas directas de la violencia que este ejerce sobre la mujer. Los hijos e hijas de aquellas mujeres a las que les toca vivir en un contexto constante de violencia crecen en un ambiente destructor que afecta directamente a la construcción de su persona.  

No obstante, a diferencia de la evolución en los recursos orientados a intentar garantizar la protección y seguridad de las mujeres maltratadas, los hijos e hijas de estas no cuentan con un amplio abanico de medios que les protejan. De hecho, no fue hasta la reforma del sistema de protección a la infancia y adolescencia, que tuvo lugar en 2015, que estos niños y niñas empezaron a ser reconocidos/as como víctimas directas de la violencia de género ejercida sobre sus madres. A partir de este momento, este hecho está recogido en el Estatuto de la Víctima 

Dentro de la totalidad de esos niños y niñas que se ven afectados/as, hay un parte del colectivo que preocupa considerablemente: los huérfanos y huérfanas de aquellas mujeres asesinadas. Un sector poblacional al que le han arrebatado un pilar fundamental de sus vidas, y que, en muchas ocasiones, son sus padres los culpables de dicho acontecimiento. Es por ello, por lo que el Defensor del Pueblo Andaluz ha recogido en este informe anual los problemas y las necesidades que tienen que afrontar los huérfanos y huérfanas por violencia de género 

Entre las principales demandas de estos/as menores y sus familias, encontramos la garantía de unas ayudas económicas que cubran su manutención y su acceso a los servicios básicos. Avalar las medidas de protección relacionadas con el patrimonio, el régimen de visitas y comunicación y la patria potestad de estos menores. También se habla de un servicio pedagógico, educativo y psicológico a largo plazo adaptado a estas situaciones y, de la eximición de estos menores de impuestos como el IRPF o de tasas universitarias. Pero, sobre todo, del refuerzo del apoyo y de la asistencia que reciben estos menores y sus familias desde el momento del asesinato. Así como la formación adecuada de aquellas profesionales que las acompañan y el fácil acceso a los trámites para el cambio de apellidos en aquellos casos en los que el padre es el asesino de sus madres.  

Por todo ello, el informe de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía recoge una serie de propuestas que tienen como finalidad la mejora de la vida de estas víctimas de violencia de género:  

  1. Una mayor recopilación y difusión de datos estadísticos oficiales que muestren la realidad de estos niños y niñas. 
  2. La promoción de campañas de sensibilización, así como de acciones de investigación, para visibilizar la situación de los huérfanos y huérfanas de violencia de género.   
  3. La garantía de un acompañamiento integral a las familias y a los menores afectados.  
  4. Una ayuda psicológica especializada y específica. 
  5. Una mayor agilidad en el proceso para acreditar a los huérfanos y huérfanas la condición de víctima 
  6. La seguridad a estas familias y a los menores de tener un sistema de ayudas económicas. 

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