El stealthing o retirada del preservativo sin consentimiento es hoy una práctica de abuso sexual

Durante las últimas horas se ha generado un polémico debate a raíz de las declaraciones de Naim Darrechi, un tiktoker de 19 años con más de 26 millones de seguidores y seguidoras en esta red social, quien ha reconocido en una entrevista en YouTube no usar preservativo con sus parejas sexuales, engañándoles diciendo que es estéril para eyacular en su interior.

Esto ha detonado una oleada de críticas en redes sociales, a las que se ha sumado la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien ha pedido este lunes por carta a la Fiscal de Sala delegada de Violencia Sobre la Mujer, Teresa Peramato, que considere iniciar una investigación sobre la veracidad de estas declaraciones y que proceda “en su caso” a identificar posibles víctimas “fundamentalmente menores de edad, y la adopción de las medidas a que haya lugar en derecho”.

Montero ha asegurado que quitarse el preservativo o eyacular dentro sin consentimiento es hoy abuso sexual, pero que la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la conocida como 'ley del solo sí es sí' lo reconocerá como agresión.

Esta norma a la que hace referencia Irene Montero, cuyo proyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado martes y que iniciará previsiblemente su tramitación parlamentaria en septiembre, acabará con la distinción que establece el actual Código Penal entre agresión y abuso sexual, de forma que todo acto sin consentimiento será considerado agresión.

Nos causa una gran preocupación el hecho de que se esté promoviendo entre la juventud la práctica denominada stealthing, consistente en quitarse el preservativo durante una relación sexual sin consentimiento de la mujer”, señala Montero en la misiva. En ella recuerda que en España esta práctica “ya ha sido objeto de algunas sentencias condenatorias de Audiencias Provinciales, o más genéricamente la práctica de abusos sexuales mediante engaño a menores de 16 años, conforme al Código Penal actual, y posibles delitos de lesiones por contagio de enfermedades de transmisión sexual”.

El stealthing se ha convertido en una práctica cada vez más extendida por motivaciones machistas que debe ser erradicada. Constituye una manifestación de violencia contra las mujeres, en tanto se reconoce como un atentado a su libertad sexual, un acto que reproduce la dominación de los hombres hacia las mujeres al no tener en cuenta su capacidad de decisión y autonomía, y que las deja en una situación de vulnerabilidad ante experiencias desagradables, embarazos no deseados y riesgos de contagio de infecciones de trasmisión sexual. 

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