Este artículo forma parte de la Campaña realizada en torno al día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, con la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”.
Por Pedro José Ramis – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
Hoy en día, con un porcentaje del 39% de mujeres científicas, en un sociedad patriarcal, en la que el machismo impera en todos los sectores sociales, plantearnos que pueda llegar a existir la igualdad en la Ciencia no deja de ser una utopía.
En un terreno terriblemente masculinizado, las mujeres tienen que efectuar un gran esfuerzo complementario para que su nombre aparezca junto al de los hombres. Sólo sus éxitos científicos las hace merecedoras de ser iguales que los científicos hombres.
Si, atendemos el número de jóvenes que expresan su intención de cursar una carrera de Ciencias Científicas, el citado porcentaje baja a cifras casi no mencionables. Tan grande es el peso social y las directrices patriarcales, que llevan a muchas jóvenes a desistir de llevarla a cabo.
La Ciencia es el futuro del mundo y, las mujeres tienen mucho que aportar, no por ser mujeres, sino por el enfoque con que llevan a cabo sus experimentos. En demasiados casos a la sombra de un hombre, ya sea como director del proyecto, sea como financiador, como la persona a la que se le otorgarán los méritos logrados.
La Ciencia no tiene género ni sexo, es ciencia en su esencia, en sus experimentos y en sus logros. Toda persona tiene cabida en la misma, sea mujer u hombre. Sin lugar a dudas, tan buen trabajo pude realizar un hombre como una mujer. Sean cuales sean los impedimentos sociales, las directrices patriarcales, la fuerza del machismo, la voluntad de evitarlo. Las mujeres tienen por naturaleza su derecho a ser conocidas en la Ciencia, dado que muchos de sus experimentos han ayudado en alto grado a la humanidad.
Una Ciencia sin mujeres, sin jóvenes estudiantes, sin personas que quieren desarrollar su campo de actividad profesional dentro de la misma. Tan sólo será una cara de la Ciencia, la masculina. En términos de porcentajes de población el 49%, obviamente no pueden representar a la totalidad, por muchos esfuerzos que se hagan en este sentido.
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