Por Sandra R. Pintor – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
A raíz de un programa de televisión, el pasado viernes 8 de noviembre de 2019 se visibilizaba cómo muchas empresas japonesas prohíben a sus trabajadoras el uso de gafas en horario laboral. A cambio, les piden que utilicen lentillas. Como consecuencia, se hacía viral el hashtag #gafasprohibidas en contra de dicha discriminación.
Motivaciones detrás de la prohibición
El programa de televisión exponía cómo se materializaba la prohibición de llevar gafas en distintos sectores económicos. Por ejemplo, se argumentaba que las gafas impiden a las trabajadoras distinguir correctamente el color del maquillaje en el sector de la belleza, muy feminizado o, en el caso de las auxiliares de vuelo, que se trata de una cuestión de seguridad. Otros motivos recurrentes aluden a que las gafas hace que las mujeres parezcan «maleducadas», «más frías», «menos femeninas» y otros motivos estéticos como que no pega con el traje tradicional del país. No obstante, no especificaba si se trataba de una práctica socialmente aceptada en el entorno laboral o si se recogía en las políticas corporativas de esas empresas.
Ante esta polémica, Kanae Doi, directora de Human Rights Watch en Japón, señalaba que si esta prohibición solo se dirige a mujeres, nos encontramos ante un caso de discriminación machista.
#KuToo, otra de las reivindicaciones del feminismo nipón
No se trata de la primera vez que se producen este tipo de reivindicaciones en Japón. Este mismo año, Yumi Ishikawa, actriz y escritora, lanzaba en Twitter una campaña en contra de que las empresas obligaran a las mujeres a llevar tacones altos en el trabajo. Más de 23.000 personas habían firmado en junio de 2019 esta petición.
Con la etiqueta #KuToo, jugando con las palabras kutsu y kutsuu (en japonés, zapatos y dolor, respectivamente), consiguieron reunirse con el Ministerio de Trabajo, donde les reconocieron que «era la primera vez que esta solicitud de este tipo llegaba al Ministerio«. No obstante, el ministro de trabajo contestó que «usar tacones es necesario en los lugares de trabajo«.
«Es bastante discriminatorio»
Ante la polémica de las «gafas prohibidas», Kumiko Nemoto, profesora de sociología en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, señala que se trata de un movimiento con el que la gente está reaccionando a políticas «obsoletas». Además, afirmaba «no se trata de cómo las mujeres hacen su trabajo«, «las razones por las cuales se supone que las mujeres no deben usar anteojos realmente no tienen sentido. Es bastante discriminatorio«.
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