Por Eva Gómez – Equipo de Trabajo del Observatorio de Violencia
Familias homoparentales y padres peinando a sus hijas representan un novedoso escenario en la campaña de la vuelta al cole de El Corte Inglés de este año. Son múltiples las ocasiones en las cuáles El Corte Inglés ha sido calificado de sexista por sus campañas publicitarias. Aunque bastaba con recorrer los pasillos de su sección de juguetería para apreciarlo.
A primera vista, la campaña de este año ha tratado de cuidar esos detalles. Rosa y azul ya no son los colores que delimitan el género de niños y niñas, hay una incorporación de los padres en la realización de las tareas domésticas e incluso nos encontramos con una familia homoparental, conformada por dos padres. Esto último desafortunadamente no ha durado demasiado, poco más de 20000 firmas a través de la plataforma ultracatólica y homófoba hazteoír.org, han sido suficientes para eliminar el supuestamente nefasto, extraño y antinatural anuncio. Sin embargo, El Corte Inglés ha negado que esta sea la razón de su retirada.
Es toda una contradicción que en un país como España, siendo uno de los pioneros en el mundo en materia de leyes que protegen y aceptan la diversidad familiar e incluso considerado como uno de los países más tolerantes hacia la comunidad LGTBI, hechos como estos ocurran. Más aun cuando hablamos de una de una cadena de almacenes tan importante como ha sido El Corte Inglés, que al parecer está tratando de diversificar su público objetivo por la bajada de la rentabilidad. Por el contrario, captar a los nuevos modelos de familia puede tener como consecuencia perder a un target tan importante como es el colectivo ultracatólico, poco representativo pero muy influyente.
Además de críticas que pretenden ser constructivas de cara a alcanzar una sociedad igualitaria, desde los colectivos feministas también hay espacio para elogios hacia empresas que rompan con estereotipos de género, los cuales en muchas ocasiones minan sus campañas publicitarias. Es un paso significativo que se muestren valores de corresponsabilidad familiar, es decir, que exista un reparto igualitario y una responsabilidad conjunta en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos e hijas. Lo cual no significa que nos conformemos con eso.
Seguimos advirtiendo en sus spots ciertos micromachismos. Mientras niños y niñas juegan, son las mamás las que están en casa cuidando de ellos y hablan por teléfono con papá, que probablemente está fuera trabajando. Las niñas se divierten jugando con el cabello y es casualmente un niño el que se decanta por Pokemon go. También parece que hacer una trenza o unas tortitas para desayunar son tareas de alta complejidad para los padres, aunque digamos que si nunca se ha intentado puede llegar a serlo.
Actualmente la publicidad y el marketing son armas muy poderosas y por esta razón es fundamental que sean utilizadas de un modo responsable, que promueva valores propios de una sociedad tolerante, igualitaria e inclusiva. Veamos sí en la campaña de la próxima vuelta al cole ya los papás no tienen tantas dificultades en hacer una trenza a sus hijas, en forrar los libros o en hacer el desayuno sin parecer que un terremoto ha pasado por la cocina.
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