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#MiPrimerAcoso tenía 11 años y un tipo pasó en una bicicleta y me apretó un seno. Una señora en la calle me culpó por llevar esa blusa.
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#MiPrimerAcoso En un autobús de largo recorrido, me desperté con la mano de un barbudo bajo mi falda, sus dedos entre mis piernas
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#MiPrimerAcoso En el metro, un imbécil me tocó por todas partes y se masturbaba. Nadie me ayudó aunque lloré y grité. Tenía 16 años. -
#MiPrimerAcoso en el camión un tipo siempre buscaba repegarmela, un día me harte y le di un codazo, todo mundo me miro a mi y no a él -
#miprimeracoso a mis 9 años en el trolebus, me avergüenza tanto que no soy capaz de compartirlo públicamente.
Mensajes como estos han hecho que el hashtag #MiPrimerAcoso se convirtiera en trending topic en las redes sociales y en una campaña global contra el acoso sexual. Iniciada en México con motivo de la gran protesta contra la violencia de género que tuvo lugar este fin de semana, el hashtag y las historias compartidas han indignado a miles de mujeres que desafortunadamente se han sentido identificadas con las micro-historias compartidas y se han animado también a compartir sus primeras experiencias de acoso sexual.
Vergüenza. Humillación. Tristeza. Indignación. Trauma. Son algunos de los sentimientos que ha suscitado en miles de mujeres esta campaña virtual al tener que recordar momentos que muchas habían preferido olvidar. Las historias compartidas han vuelto a evidenciar que el acoso callejero es algo que sufrimos todas las mujeres, algo tolerado, aceptado y en algunos casos hasta promovido por nuestra sociedad patriarcal que en nada depende de nuestro comportamiento ni vestimenta. No son nuestras faldas, no son nuestros escotes, no es nuestra edad, no es la hora, ni es el lugar. No somos nosotras.
En las palabras de una twittera: «#MiPrimerAcoso Mientras nos sigan educando (a las mujeres) en cuidarnos y no a los hombres en respetarnos, nada va a cambiar. #NoTeCalles»
Para más información sobre la «campaña» visita: