Planchado de senos con objetos calientes: práctica machista que llega a Europa

El planchado de senos es una práctica de abuso infantil que consiste en hacer repetidos planchados en los pechos de las niñas y adolescentes, utilizando para ello diversos objetos a alta temperatura tales como piedras, palos o planchas.

Esta tradición es sufrida por muchas menores en África, especialmente en Camerún. Las quemaduras tienen el objetivo de atrofiar el desarrollo natural de los senos. Con ello se pretende evitar que resulten atractivas a los hombres y por tanto, que sean violadas o mantengan relaciones sexuales en edades tempranas. No solo se culpa a las víctimas de la conducta machista de los hombres, sino que son sometidas a una auténtica tortura que puede tener diversas consecuencias psicológicas y físicas, como cicatrices, atrofia, infecciones, o incluso cáncer de mama. Las familias, en especial madres, tías o abuelas; pueden realizar este planchado una o dos veces por semana durante todos los años que dura el desarrollo de sus senos.

Esta práctica se está extendiendo en Europa, y destaca una especial incidencia en Reino Unido, según ha informado una investigación de The Guardian.  El personal especializado en trabajo social está realizando numerosas denuncias sobre casos de preadolescentes que presentan signos de haber sufrido esta tradición.

El planchado de senos es uno de las cinco delitos de violencia machista menos denunciados en el mundo. Por ello se dificulta saber con precisión cuántas niñas están siendo expuestas a esta tortura. Sin embargo, se calcula que en Reino Unido aproximadamente 1.000 mujeres y niñas han sido sometidas a esta práctica (según datos de la Organización de Desarrollo para Mujeres y Niñas Migrantes), mientras que en Camerún se estima que esta violencia se ejerce sobre el 25% de las niñas, según cifras de la ONU.

Finalmente cabe destacar que, aunque el Gobierno de Reino Unido manifiesta estar comprometido con la lucha contra este tipo de abuso infantil y machista, activistas y profesionales afirman que no se están tomando medidas para erradicar esta violenta práctica.

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